Por esas cosas que solo la Justicia maneja, una peligrosa delincuente fue liberada ayer y pasará las fiestas con los suyos. Hace pocos días sucedió algo similar con otro marginal, dejando un sabor amargo en los policías que los arrestaron por el esfuerzo que hicieron para investigar y esclarecer los casos.
Ayer a la mañana, el Equipo Fiscal 1 dictó una orden de oficio, donde comunica la inmediata liberación de María Magdalena M. implicada en la causa de robo con arma de fuego.
La mujer estaba alojada en la seccional Tercera de Fontana, acusada de balear a un sujeto en intento de robo y resistirse armada al arresto de un hampón, todo esto ocurrido en esta segunda mitad del año.
Desde la fiscalía actuante emitieron el oficio, ordenando la inmediata liberación, decisión que fue celebrada por la mujer en las redes sociales y dejando a los efectivos que la llevaron presa, la sensación que su investigación fue en vano.
María Magdalena también ocupó la atención pública por ser la amiga de Toti, otro detenido hace pocos días, ya que sería quien lo acompañó en ese sonado asalto a un militar para intentar robarle la moto y donde la víctima recibió un disparo en la nalga izquierda.
Y por si fuera poco, se sospecha que era una especie de custodia de Marcela Acuña, la líder piquetera del clan Sena.
No obstante a ello, la Justicia decidió otorgarle la libertad, fomentando de esta manera la sensación de intocables que tienen algunas personas en el Chaco.
OTRO CASO
SIMILAR
En otra situación similar, pero ordenada por dos fiscalía distintas, se otorgó inmediatamente la libertad a presunto delincuente que sometía a los vecinos del barrio Balastro II de Fontana. Se trata de Armando Exequiel B., que registra como antecedentes una causa por supuesto hurto y otra por violencia de género.
Según informó el portal Infoqom, los vecinos pidieron explicaciones a la comisaría Primera de Fontana, que respondieron estar atados de manos porque la decisión fue de los fiscales que intervinieron.
Tanto este caso como el anterior preocupan a la sociedad y no sería mala idea que la Policía y la Justicia acuerden un sistema de trabajo conjunto, para dejar un mensaje claro: brindar seguridad y confianza.