Frente a decisiones trascendentes, como puede ser cómo se para el justicialismo frente al Gobierno, de cara a los proyectos en discusión en las cámaras legislativas, o frente al paro ordenado de manera inconsulta por la CGT, el peronismo sigue sin conducción ni estrategia que sea producto del debate. Asoman algunos comunicados del kirchnerismo, tanto a nivel nacional, provincial o municipal, pero ni la propia expresidenta arriesga una opinión personal. Con la autocrítica aún pendiente, y con la reorganización y legitimación de la conducción partidaria «en pausa», el justicialismo espera «una nueva melodía» acorde a los tiempos y a la necesidad de reordenar la tropa para dar batalla. Con todo, sigue siendo una expectativa firme de poder hacia al tiempo que se viene, si alcanza a producir una recomposición de sus cuadros.
Nadie sabe bien si lo de Javier Milei fue estrategia o no. De ser así, habría que reconocerle un talento político que muy pocos le atribuían hasta que llegó a la Presidencia. Pero en la práctica, su decisión de «ir a fondo y por todo» con su DNU y la «ley ómnibus», dejó a buena parte del peronismo pedaleando sin cadena y mostró la insustentabilidad de lo que en algún momento fue Juntos por el Cambio, con figuras que supieron ser de peso como Lilita Carrió o Miguael Pichetto, y que hoy generan desconfianza tanto a unos como a otros. Al igual que Martín Lousteau, que dominado por las contradicciones, prefiere el silencio, a diferencia de un novicio como Facundo Manes, que más parece un elefante en una cristalería para espanto de los gobernadores radicales que necesitan anudar acuerdos que les permitan cerrar los números.
Asimismo, nadie ordena nada. Antes pasaba lo mismo, pero ser gobierno disimula muchas cosas, aunque agrave otras. Ahora estamos patas para la mona. Ya pasaron casi tres meses de la derrota, no hicimos la autocrítica como si nada hubiera pasado y no logramos reorganizarnos.
La primacía de Cristina y Máximo perdió vigencia, particularmente de este último, cuya renuncia a la titularidad partidaria se pide desde distintos sectores del peronismo, mientras que a Massa, la decisión es correrlo hacia su Frente Renovador y a Alberto darlo por exiliado.
Respaldo
Los diputados nacionales Jorge Antonio Romero, Nancy Sand Giorasi y Christian Zulli; los senadores José Pitín Aragón, Martín Barrionuevo, Celeste Ascúa; los diputados provinciales Belén Martino, Marlene Gauna y Adriana Vidal Domínguez; la parlamentaria del Mercosur, Yésica Taborda; los intendentes Soledad Osuna, Norberto Villordo, Hugo Benítez, Leonardo Aguirre, Diego Caram, Osvaldo Pérez, Martín Ascúa, Raúl Hadad y Alberto Yavorsky; y los concejales correntinos manifestaron su adhesión a la jornada nacional de lucha que concretarán hoy las centrales sindicales CGT, CTA-T, CTA-A, Utep y organizaciones sociales.
«Ratificamos nuestro rechazo en el Congreso de la Nación, en la Legislatura provincial, en los concejos deliberantes, ante la Justicia y en las calles junto al pueblo trabajador organizado, de todas las medidas que impliquen ajuste económico, desempleo, exclusión social, licuación de salarios, jubilaciones y ahorros; transferencia de riqueza de la clase trabajadora hacia las grandes corporaciones; negación de derechos laborales, sociales, económicos, de derechos humanos; recorte de la inversión en obras públicas, educación pública, Salud Pública; precarización del Estado; desprotección de la industria, la producción y el trabajo nacional; privatización y extranjerización de las empresas y de los recursos estratégicos de la Nación», señalaron, para luego remarcar: «Nosotros vamos a defender las conquistas históricas del pueblo argentino. Y será el pueblo el que juzgará a los infames traidores a la Patria».
Y en Corrientes
Sectores vinculados al kirchnerismo emitieron un comunicado con la firma de legisladores nacionales, provinciales e intendentes. En este se confirmó el anticipo de la columna dominical. Gustavo Canteros levantó el caballo y se llevó consigo a la diputada ituzaingueña Aída Díaz. Saldrá con el 30 en la camiseta, y con el rótulo de nuevo país, marcando diferencias con Unión por la Patria.
Otros que no aparecieron fueron los diputados del Frente Renovador que, como tales, no participarán de la próxima interna peronista. La sorpresa quizás fue la diputada de Mercedes, que se suponía responde a Cambio Solidario y al intendente Tape Caram, que ya adelantó que tampoco participaría de la interna, aunque dejó la puerta abierta de acercarse al PJ a la hora de anudar alianzas, con el recóndito deseo de pelear otra banca para Mercedes en la Legislatura provincial.
Lo concreto es que al día de hoy el justicialismo quedó, como todo capital, con cinco bancas. Tres ocupadas por La Cámpora, otra por el camporista senador Martín Barrionuevo y la restante por la exponente del siempre inconstante intendente libreño Martín Ascúa, que, sin reelección posible, lucha por mantener la comuna. Este deberá superar una dura interna contra el escribano Diego Figueredo, ex concejal y director de la Anses, quien ya hizo público su propósito de ser el recambio que garantice la continuidad del justicialismo en la comuna.
¿Y la provincia de Buenos Aires?
El único ganador fue Kicillof, pero no tiene poder territorial y no le gusta o aún no aprendió a conducir. Además, a casi todos, dicen los dirigentes provinciales, los separa del gobernador una desconfianza que será muy difícil de superar. «Nos destrata», expresan, una parte por mensaje de voz y otra por comunicación telefónica, uno de los jefes del PJ más poderosos de la provincia.
Para los jefes comunales del Gran Buenos Aires (GBA), el gobernador la «pifia feo» con esa estrategia de convocaciones multisectoriales que organizó en varios municipios. En los hechos fue una estrategia de Axel para no depender del PJ orgánico, que aún desmovilizado comanda Máximo, con quien no guarda ninguna simpatía.
En esas reuniones, casi no van los intendentes. «Se la copó Baradel y los kirchneristas de la CTA que espantan a nuestros votantes. Deberían convocar a las instituciones barriales más independientes que realmente sufren las políticas de Milei», señala otro líder de la primera sección.
Al recelo con Kicillof, «hay una cuestión de piel, como con La Cámpora», coinciden varios jefes locales. Se le suma el «cono de silencio» que eligió la familia Kirchner recluidos en el Calafate.
En el PJ provincial, compartido por algunos mandatarios provinciales, sienten que apareció un callo donde subyace el malestar tanto hacia Cristina como hacia su hijo Máximo.
«No aparecen. No dan la cara. No hablan con nadie, salvo por medio de sus mensajeros de siempre. Eso sí, siguen bajando línea como si hubieran ganado algo. A Massa lo consideramos afuera. Nunca fue de los nuestros, pero la verdad es que sospechamos que a través de él, Cristina haya pactado con Milei.
Es muy raro que en Aysa y Ferrocarriles siga toda la gente de Sergio y que Cristina no diga una palabra pública sobre el desastre económico que dejó la devaluación que hicieron los libertarios, más allá del lastre que dejamos nosotros que también es absolutamente cierto», opina con cierta bronca un Intendente.
Hace pocos días, casi a último momento, Kicillof salió a bancar el paro de la CGT de hoy.
El más entusiasmado para convencer a los jefes del justicialismo a movilizarse es Ferraresi. Aunque en el PJ creen que la repentina conducta de barricada del jefe de Avellaneda, otro de los que apunta contra Máximo, responde más a su cargo de vicepresidente del Instituto Patria que al de Intendente opositor.
Junto con Máximo y Cristina, otro que no da señales de vida es Wado De Pedro. En algunos chats que compartieron varios de ellos, pocos fueron los que confirmaron que se van a movilizar. Y si lo hacen, no habrá banderas identificatorias de ninguna comuna. Tampoco nombres de las conducciones locales.
«Nadie quiere quedar expuesto. Esto debería haber salido del PJ en su conjunto y no de Pablo Moyano con ‘Los Gordos’ de la CGT, que no hicieron nada durante varios años y ahora salen espantados para cuidar sus cajas sindicales.
Es un error porque el liderazgo de un rechazo que sí sienten muchos de nuestros votantes por la situación económica se diluye por un rechazo aún mayor por los que convocan», se lamenta otro intendente del sur del GBA, que estuvo muy cerca de los K y se animó a tomar distancia.