Con un triple sobre la chicharra del chaqueño Gonzalo Corbalán, la selección nacional U19 superó a Turquía por 76-74 y consiguió su lugar en los cuartos de final. El ex Villa San Martín terminó con 25 puntos para ser el máximo anotador del juego.
Mañana ante Serbia por un lugar en semifinales.
Postal para
la historia
Con un bombazo sobre la chicharra de Gonzalo Corbalán, Argentina derrotó a Turquía por 76-74 en los octavos de final y se metió entre los ocho mejores del mundo. En un partido durísimo ante un rival más grande y más fuerte, los de Daniel Farabello dieron una muestra de carácter y talento, dominaron mientras impusieron su ritmo y sacaron pecho cuando las cosas se pusieron difíciles. Al margen del triple agónico, Corbalán fue el gran protagonista del partido. Finalizó con 25 puntos y fue uno de los responsables de abrir el partido en el segundo cuarto y de mantener el juego a flote sobre el cierre. Franco Méndez acompañó con 11 puntos, Fernández y Rodríguez Ortega sumaron 9.
Argentina arrancó el partido con dos conversiones de tres puntos, una muy buena noticia. Desde el primer instante se notó que el juego iba a ser friccionado y de mucho contacto, en el que la efectividad de tres puntos jugaría un rol primordial. Ambos equipos intercambiaron delantera de a rachas, pero Argentina mostró una mejor cara defensiva. Siendo más física y más activa a la hora de congestionar las líneas de pase. Cargó de faltas a su rival y podría haber tomado el comando, pero arrancó 2/10 desde la línea, por eso el cuarto finalizó 18-18.
En el segundo parcial la gran diferencia de ritmo en los estilos de juego se notó mucho más. Siempre que pudieron correr, los chicos generaron problemas ante un rival más pesado y decidido a jugar media cancha. Desde la banca, Gonzalo Corbalán y Silvano Merlo aportaron una necesitada cuota de gol cuando el desgaste empezó a provocar imprecisiones. Argentina incomodó a su rival con el desequilibrio de sus perimetrales y sacó máxima de 10. Con un enorme despliegue defensivo y un parcial de 20-11 en el segundo cuarto, cerró el primer tiempo al frente por 38-29.
El tercer período fue todo de Turquía, que mejoró notablemente en defensa y jugó a sus fortalezas en ataque. Sin brillar, limitó a nuestros chicos a tan solo 10 puntos en el parcial, cortando la principal vía de gol, el uno contra uno desde el perímetro. En el otro costado, insistió en aprovechar su ventaja física, jugó cerca del canasto y cerró el cuarto con una ventaja de 50-48.
En el comienzo del cuarto segmento, los dos equipos optaron por defensas zonales. Turquía, más conservadora, agolpándose en la pintura y concediendo el tiro externo. Argentina fue más ambiciosa y extendió su defensa a toda la mitad de cancha intentando cubrir espacios y provocar pérdidas.
El partido llegó a los instantes finales con muchísima paridad. Argentina no se adueñó del juego pero tampoco se quebró ante las conversiones de su rival. Corbalán y Fernández se hicieron cargo de la ofensiva y mostraron personalidad. El primero para contestar cada conversión turca y mantener el juego a raya, el segundo para anotar con efectividad desde una línea de tiros libres que le había sido esquiva en el transcurso del partido.
Dos libres de Fernández acercaron a uno, Corbalán metió un golazo para pasar al frente por la mínima pero del otro costado cometió una falta que dio dos tiros al rival. Con tres segundos por jugar, Turquía metió los dos, pero Corbalán se había guardado una bala. Corrió la cancha y completamente desequilibrado lanzó un triple a una pierna sobre el sonido de la chicharra que golpeó el tablero y entró.
Lo que siguió fue el delirio. Victoria trabajada y extenuante de Argentina que se cobró su segunda víctima europea en lo que va del mundial. Muchísimo carácter y talento para compensar las carencias. El viernes, el rival de cuartos de final será Serbia, que sufrió hasta la última bola para derrotar a Japón.
Fuente CABB.
Buscando el foul
Pasado un tiempo «prudencial», LA VOZ DEL CHACO y Súper Básquet tuvieron la oportunidad de dialogar brevemente con Gonzalo Corbalán.
¿Qué pensaste cuando recibiste la bola? ¿Hay que meterla? ¿Pensaste en pasarla? ¿O siempre en tirarla? se le consultó y Gonzalo, con mucha amabilidad, afirmó: «La verdad, salí picando y me la jugaba para que me hagan foul porque vi al grande que tiro los libres cerrándome». «Pero no me tocó, entonces salte y tiré, ja, ja, ja, ja», cerró con total desparpajo e inconsciencia de lo que había hecho-logrado.
En Letonia apareció otra «palomita»
Por Silvio Buittoni
Ver lo que hizo Gonzalo Corbalán en el cierre de Argentina-Turquía inmediatamente trae a la mente otra «palomita» similar: la de Emanuel Manu Ginóbili en el debut de los Juegos Olímpicos de Atenas, frente a Serbia y Montenegro.
Allí, el luego múltiple campeón NBA, recibió el pase de Alejandro Montecchia que trasladó el balón desde la línea de salida para luego entregársela al bahiense quien, con un tiro «contranatura» para su perfil de zurdo, clavó el doble que le dio el triunfo a Argentina ante los campeones del mundo y permitió el alocado festejo del DT Rubén Magnano en clara demostración de que era algo así como una «venganza» de lo sucedido dos años antes en la final de Indianápolis.
Y aquí, Gonzalo la trasladó él mismo, fue sorteando rivales y con el último suspiro del partido, se levantó de tres -no tenía más tiempo para seguir avanzando- y con un tiro cuasi maxi, clavó la «bomba» que decretó el triunfo albiceleste.
Para algunos, quizás hasta parezca exagerado pero no sería extraño si se considera la habitual subvaloración a la que son sometidos los jugadores chaqueños. Como pusieron la otra vez «con el partido sentenciado apareció la faceta ofensiva de Corbalán» o algo así.
O lo que demuestra el hecho que a pesar de todo lo que ya «mostró» (Gonzalo), siga viniendo desde el banco cuando pide a gritos, para cualquiera que sea objetivo, su lugar en el quinteto inicial de Argentina.
Sí, Argentina, que le ganó, con un triple sobre la chicharra y con el pibe surgido de Villa San Martín arquéandose en el aire, a Turquía por 76/74 y con ello se metió entre los ocho mejores del Mundial U19 que se juega en Letonia.
Más datos: el hoy universitario en los Estados Unidos -país al que emigró siendo aún secundario para poder desarrollarse- fue el máximo anotador del juego, con 25 puntos, y uno de los de mayor valoración porque además sumó cuatro rebotes y tres asistencias.
La propia estadística oficial de la Federación internacional de Basquetbol (Fiba) «debió rendirse» ante el despliegue de Corbalán y mostrarlo entre las «mejores actuaciones».