A poco más de diez días del regreso por tercera vez a la provincia de la banda de rock nacional El Plan de la Mariposa, LA VOZ DEL CHACO dialogó con su vocalista Sebastián Andersen, quien brindó detalles sobre el show, el próximo lanzamiento del último disco, al tiempo que reflexionó sobre la carrera y la identidad de la banda y su finalidad: «la idea es transitar las emociones a través de la música, y poder sacar para afuera lo que nos pesa», aseveró.
Con entusiasmo palpable, el músico compartió su emoción por regresar al norte y destacó el cálido recibimiento del público chaqueño en cada visita, lo que los motiva a ofrecer un espectáculo cargado de energía y pasión por la música en vivo.
El líder de la banda describió el show como una oportunidad para compartir las primeras tres canciones que anticipan el lanzamiento del nuevo disco en junio.
el despliegue de las alas
Ante el crecimiento que experimentó la banda a lo largo de los años, Andersen reflexionó: «Creo que ha sido un proceso paulatino, no fue lento, pero tampoco fue rápido, fue paso a paso. Y agradezco que sea de esa manera porque entonces pudimos y podemos seguir disfrutando cada pasito, cada nueva situación.
Y eso nos ha dado una solidez interior y la posibilidad de ir tejiendo lazos entre nosotros mismos y también con el afuera, para generar una red en la cual sostenernos en este crecimiento».
No obstante reconoció: «Por ahí viene pasando en estos últimos años que nos hemos hecho un poco más conocidos, pero también venimos tocando hace 12, 13 años ininterrumpidamente con el mismo grupo de gente. Y eso nos da esa solidez hacia adentro que nos da la fortaleza para salir a tocar y a compartir lo que hacemos en cualquier escenario que vayamos».
Al momento de hablar de la identidad del plan, Andersen describió la banda como ecléctica, fusionando diversos géneros musicales con letras que reflejan la experiencia humana y la búsqueda de significado en la vida.
«Somos una banda de rock, pero por decir una palabra que englobe una energía porque nos gusta tocar en vivo con intensidad, nos gusta que haya pop, que se mueva el cuerpo, que haya baile. Pero después mezclamos muchas rítmicas y la banda tiene violín, acordeón, voces masculinas y femeninas.
Es un viaje donde las letras hablan de la experiencia de estar vivo y en esa propuesta, la idea es transitar las emociones a través de la música, y poder sacar para afuera lo que nos pesa. O al menos así lo vivimos nosotros arriba del escenario y es la invitación a que cada persona que venga también viva en esa sintonía si es que así lo quiere y lo siente», aseveró.
Una banda de hermanos
Una de las muchas particularidades de El Plan de la Mariposa es que la mayoría de sus integrantes son familiares. Andersen contó cómo vive esta experiencia y cómo impacta en la dinámica grupal: «Somos cinco hermanos que tocamos juntos. Lo siento como un regalo de la vida poder tocar con mis hermanos, compartir la vida con ellos.
Son grandes personas por suerte y creo que hay una confianza y un amor que nos une, que hace que podamos aprender esto durante todos estos años y también podamos proyectar para adelante, buscando un bien común y creando colectivamente, que es algo muy atractivo porque nos lleva a disfrutar cosas, a poner conceptos sobre la mesa, a cambiar de idea porque el otro también piensa de una manera diferente, y de repente te das cuenta que está mejor lo que piensa y eso es nutritivo.
Hay un ida y vuelta que no tiene fin. Yo disfruto mucho y cada vez que lo hablamos y tenemos esos momentos de emocionarnos con lo que la vida nos propuso, celebramos estar juntos y compartir este viaje».
Disparadores
En cuanto al proceso de creación, Andersen reveló que las canciones suelen surgir de improvisaciones y momentos íntimos entre los integrantes, para luego ser moldeadas y enriquecidas en la sala de ensayo.
«Las canciones las hacemos en su mayoría con improvisaciones o momentos de intimidad donde algunos de los integrantes tocamos la guitarra o tocamos el piano y vamos sacando para afuera una melodía con una letra, generalmente las dos bastante juntas y eso es un principio disparador de la dinámica, para después llevarlo a la sala de ensayo y ahí entre todos poder ponerle la vestimenta, por decirlo de alguna manera, a la canción, que siempre está en una primera instancia como algo pequeño e íntimo que después se hace colectivo en la sala de ensayo donde todos vamos aportando lo que nos parece y ahí logra por ahí la identidad que le da la banda en su conjunto», describió.
Al momento de hablar de su inspiración y referentes, Andersen explicó: «Creo que todos somos parte de una cultura, de un recorrido, de un camino. Escuchábamos mucha música en casa: folclore, canciones que hablan del río Paraná y también mucho rock desde León Gieco, que sería lo más cercano del rock al folclore hasta Charly García, música internacional desde Jimmy Cliff hasta Serrat».
No obstante recordó la impronta paterna que más tarde fue decisiva: «Después nuestro viejo venía por ahí de trabajar de noche, se pegaba un baño y para despejar la cabeza y relajar un poco tocaba algunas canciones en la guitarra y ese fue un clima familiar que posiblemente después hizo que nosotros también nos conectemos con esa energía de la música para poder despejar la cabeza o poder sacar para afuera lo que nos pasa», sostuvo.
« Y en ese viaje también nos fuimos haciendo adolescentes y escuchando la música que a nosotros nos gustaba y como éramos muchos, y cada hermano buscaba su personalidad, entonces uno escuchaba reggae, el otro metal, el otro cumbia y en ese quilombo pudimos escuchar un montón de música diferente que fue la que nos influenció y nos llevó también a tener esta banda que es ecléctica que no se queda en una rítmica sino que es un proceso de investigación y de búsqueda», afirmó.
Al tiempo que aportó: « las canciones van saliendo y hablan de lo que a nosotros nos pasa o lo que a nosotros necesitamos para un momento de la vida y han salido de esa forma también porque nuestra vieja falleció hace unos años, ella tenía un viaje espiritual , nos invitaba a ceremonias, círculos de mujeres hace muchos años cuando no estaba tan en boga, nos abrió por ahí el camino a ese viaje espiritual que la música lo tiene, porque la música es el lenguaje del alma, no es lo mismo una frase hablada que escrita, y por ahí cantada te ayuda a que llegue un poco más profundo o al menos eso es lo que a nosotros nos pasa. Y creo que esa influencia de ella sobre nosotros es también lo que después da la impronta de El Plan de la Mariposa».