Al ser consultado por el Ministerio Público Fiscal por la situación que se dio en la unidad de investigaciones de Gendarmería, donde junto al sargento de policía, Rubén Molina, fueron a amedrentar a quienes los estaban investigando, Cocco aseguró que esto no fue así, según publicó el portal judicial Litigio.
Dijo que su compañero pensaba que la camioneta de Gendarmería que circulaba en el barrio pertenecía en realidad a delincuentes que querían secuestrar a su hija.
Se recuerda que Cocco rechazó un acuerdo de culpabilidad y prefirió seguir con las audiencias judiciales.
SU VERSIÓN
Mientras se realizaba la investigación contra los policías de la comisaría Duodécima de Resistencia, acusados de encubrir a narcos, cobrar coimas y asesorar delincuentes para que puedan eludir la ley, una situación muy anómala ocurrió el 12 de enero de 2022 en la Unidad de Reunión de Información (el grupo de inteligencia de Gendarmería), ubicada en la capital chaqueña.
El agente Leandro Cocco y el sargento Rubén Molina llegaron hasta el lugar en moto, armados con escopetas y habían requerido información de muy mala manera.
Fue tras constatar que en la zona del barrio Santa Catalina, donde operaba la organización de la cual ellos eran parte -según la acusación-, había una recurrente circulación de una camioneta propiedad de la fuerza federal.
Querían saber si los estaban investigando o no. Si bien en ese momento la situación no pasó a mayores, ambos fueron imputados por amenazar a gendarmes.
MÁS HECHOS
Esta situación se sumó a la que había ocurrido ese mismo día, por la mañana, durante una recorrida que realizaba Gendarmería. En un momento dado, el conductor del móvil advirtió que los venía siguiendo un automóvil Suzuki Fun. El vehículo logró sobrepasarlo y lo cruzó, colocándose delante, impidiendo su paso.
Del auto bajó el sargento Molina. Se presentó como personal de la Policía del Chaco y de manera muy agresiva interrogó a los gendarmes respecto de sus actividades en el barrio Santa Catalina. Los uniformados respondieron que solo hacían «recorridas de prevención».
El miércoles pasado, durante la audiencia del juicio que se sustancia en el Tribunal Oral Federal (TOF) de Resistencia, Cocco fue indagado sobre el apriete a los gendarmes.
El agente negó que haya sido una situación de amedrentamiento contra los integrantes de la fuerza federal. Explicó que, supuestamente, Molina había pensado que la camioneta que circulaba cerca de su casa era de un grupo de delincuentes que intentaba secuestrar a su hija. Y su intención era confirmar si estaba en lo correcto o si efectivamente eran integrantes de Gendarmería quienes patrullaban la zona.
«Nosotros fuimos a Gendarmería para saber si eran personal (quienes hacían las recorridas por el barrio Santa Catalina) o era gente ordinaria que quería secuestrar a la hija de Molina», sostuvo Cocco, quien aseguró que Molina le dijo que habían tomado fotografías de ella en la vía pública.
El fiscal Federico Carniel le preguntó por qué alguien querría secuestrar a la hija del sargento. Cocco respondió que «la verdad no sé; pero yo también tengo dos hijos menores».
Asimismo, el agente reiteró su inocencia por el resto de cargos que se le imputan y hasta pidió al Tribunal que se cite a declarar a un testigo que avalaría sus dichos. «Yo no acepté plata, ni cometí coima», afirmó.