El brutal crimen de Érica Beatriz Torres conmueve a toda la comunidad chaqueña, que reclama justicia. Un intento de abuso y más de 20 puñaladas sobre su humanidad dieron muerte a la bibliotecaria al momento en que hacía dedo para trasladarse a una escuela de Charata.
Por este aberrante hecho se encuentra detenido Juan Marcelo Cáceres, apodado El Misionero, sindicado como principal sospechoso.
Este sujeto ya había estado detenido con una condena previa por un caso de abuso sexual de similares características. Pero en 2020 fue liberado.
La víctima en aquel momento fue una adolescente de tan sólo 15 años. Sucedió en noviembre de 2014 cuando la chica también hacía dedo para regresar a su domicilio.
Una semana después del asesinato de Érica, la joven decidió hacer público este hecho que lamentablemente presenta coincidencias por parte del mismo individuo, con la única diferencia de que no llegó a matarla y por el cual ella y toda una comunidad una vez más demandan a la Justicia un merecido castigo.
«Salí a hacer dedo como todos los lunes, como estaba viviendo allá en Pozo del Indio venía a Las Breñas a ver a mi papá todos los fines de semana. Venía caminando por la calle cerca de la cooperativa y pasa esta persona, que no sé cómo llamarla, y se ofrece llevarme. Le dije que bueno; le acepté porque lo conocía del Hogar de Niños de Pozo del Indio. Me subí a la moto, me da su casco, no para protegerme, sino para que nadie sepa quién iba en la moto con él, ya lo tenía pensado, porque después hubo un vecino que nos vio en la moto, lo vio a él, pero nunca supo que era yo la que iba atrás», inició su relato la víctima en esta primera parte con STC Las Breñas y FM Real.
EL ATAQUE
Contó que llegaron a un cruce donde hay un cartel, la casa de la joven era a la derecha, sin embargo, él dobló a la izquierda.
«Yo le dije que por qué doblaba a la izquierda y me dijo que íbamos a ir buscar unos maples de huevos. Yo le dije que bueno, pero yo ya tenía muchísimo miedo, le pedí a Dios que no me pase nada. Dobló, a pocos metros se detiene y me dice que va a orinar a lo que yo le dije que bueno. Nos bajamos de la moto, en eso me doy vuelta para que yo no lo mire y ya siento una mano sobre mi cuello y algo con punta en mi estómago. En eso me empieza a decir que yo estaba linda y que me saque la ropa, a lo que yo obvio le dije que no».
Luego, señaló que el abusador la introdujo a una zona boscosa en un campo: «No recuerdo bien cómo me llevó hasta acá, yo decía que no. Me tumbó al piso y me empezó a pegar puñaladas. Él me decía sí, sí; y cada vez que yo le decía que no me pegaba puñaladas con un destornillador», sostuvo la joven.
La lastimó y las cicatrices están hoy en su cuerpo. «Están, no son muy profundas porque hacía muchísimo frío y yo soy re friolenta; siempre me pongo muchísimo abrigo y por eso no me llegó a lastimar tanto. Sí abrió las camperas», agregó.
LAS AMENAZAS
Luego de abusar de ella, la joven subió a la moto llorando. «No me dejó irme sola, me subió otra vez a la moto, con casco otra vez. Yo llorando y pidiéndole que no me haga nada. Se dirigió por otro camino que no era por el que teníamos que ir a Pozo del Indio. Me deja cerca de la entrada de mi casa que era en ese momento en el campo, al costado de la escuela en Pozo del Indio. En eso me amenazó con mis hermanos, que si hablaba me mataba o les iba a hacer lo mismo a mis hermanos», sostuvo la joven.
Y agregó: «Yo en ese momento me iba a la escuela de Pozo del Indio, me dijo que sí o sí vaya a la escuela, que si no iba él me iba ir a buscar. Yo llegué a casa, a mi mamá se le hizo raro que me bañe porque yo no me sabía bañar a esa hora. Me dice ‘por qué te bañás’, le dije que no me había bañado. Me fui a bañar, los cambié a mis hermanos y me fui a la escuela».
La joven contó que fue a la escuela y tenía miedo de contarle a su mamá lo que le había pasado porque se sentía hasta con culpa. «Pensaba mucho en mis hermanos que les haga lo mismo, aparte mis hermanitos a veces iban a jugar con los chicos del Hogar de Niños y él siempre estaba ahí. No quería contar nada porque tenía miedo de que cumpla con su amenaza».
MIRADA VIGILANTE
Como transcurrió el día, no pudo más. «Fue una tortura porque estuve todo el día en la escuela; con esas heridas y demás. Él también se presentó en la escuela porque él colaboraba allí, iba a cortar el pasto y a limpiar. Estuvo todo el día torturándome con la mirada, o lo mismo después a la siesta, como nunca sabía ir a la siesta que no había nadie también se acercó a la escuela vieja de Pozo del Indio que sería atrás, yo estaba en mi casa y me vigiló todo el día», relató.
LA CONFESIÓN
«A la noche no aguanté más y le conté a mi mamá. «Primero solamente le dije que quiso abusar de mí, nunca le dije la verdad en ese momento. Pero después con mi mamá fuimos a buscar a un vecino para que cuide a mis hermanos y ahí yo no pude más, me largué a llorar y le dije que abusó de mí. Fuimos a hacer la denuncia e inmediatamente lo van a buscar al Hogar de Niños de Pozo del Indio donde él estaba de encargado en su momento con su mujer», manifestó.
«Ningún directivo me creyó lo que conté, al contrario, apoyaron la versión de quien me violó», señaló al final, ya en diálogo con el periodista Fabio Rodríguez.
«Mi mamá se suicidó con 36 años y a mi papá lo encontramos muerto cuatro días después de su fallecimiento».
«El sábado, cuando me enteré quién era el presunto asesino de Érica, me di cuenta que es la misma persona que me violó en 2014 y decidí viajar a Las Breñas para estar en la marcha, aunque no pude abrazar a la familia de la docente que pide justicia».
«Hay veces que quiero dejar todo», sentenció.