Una vez que el Congreso de la Nación concluya la discusión de la Ley de Bases, que ha dominado las negociaciones entre el Gobierno y la oposición en los últimos meses, el Gobierno planea enfocarse en la Boleta Única de Papel, una iniciativa que ya tiene media sanción en Diputados y es considerada prioritaria en tiempo de demonización de la casta.
El debate abrirá por completo un nuevo horizonte de negociaciones, considerando que si bien la Boleta Única tiene media sanción, su aprobación final en el Senado es incierta debido a la resistencia del kirchnerismo que pareciera no admitir razones más allá de que un sector del peronismo adhiere a los cambios.
El tratamiento de la nueva norma se ubicará en línea con un sector del Gobierno que ya está trabajando con miras a las elecciones de 2025, particularmente junto a Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, con gran influencia en la gestión política, administrativa y partidaria en La Libertad Avanza.
En concreto, el equipo de la hermana del Presidente se apoya en un reducido grupo de colaboradores, incluyendo a Eduardo Lule Menem, junto a quien hace escasos días visitó Corrientes, considerado crucial para la promoción del proyecto de Boleta Única.
Con Menem, a través del nuevo jefe de Gabinete, Guillermo Francos, hasta su participación en el Ministerio del Interior, Menem discutió sobre la Boleta Única con funcionarios y legisladores, intercambiando documentos y estrategias, hasta el momento sin mayores resultados.
La iniciativa fue, por primera vez, expuesta en la agenda libertaria durante la convocatoria de sesiones extraordinarias en diciembre, que incluyó al proyecto de Boleta Única que tuvo media sanción en junio de 2022 y dictamen de comisión en enero de este año.
Avanzar entre internas acumuladas
y un estrecho posicionamiento público
El gobierno central quiere aprovechar esa media sanción de Diputados del proyecto que tuvo su génesis en el despacho de Lospennato para volver a impulsarlo en el Senado una vez que se terminen las negociaciones por la Ley de Bases, a pesar del riesgo que ofrezca, en ese contexto, el nuevo escenario político que quede al descubierto cuando se reorganicen los diferentes espacios, atravesados por una serie de internas acumuladas, relacionadas con el posicionamiento público, y privado, con el oficialismo.
Para el Gobierno, se trata de un tema relevante en su proyecto de mediano y largo plazo que, además, colabora con la construcción del relato cotidiano, en este caso por la impresión de boletas, uno de los rubros más costosos en el proceso electoral.
En las elecciones del año pasado, el aporte del Estado concentró el 15% del presupuesto total. En 2021 había sido del 11%.
«De aprobarse el proyecto, tiene que ser antes de noviembre, para llegar a las elecciones del año que viene, por el proceso de las licitaciones», resaltó una fuente oficial.
CRECER
La implementación de la boleta única adquiere además una creciente importancia de cara a 2025 en el proyecto de Milei de engrosar los bloques libertarios en el Senado y en Diputados, para tratar de darle impulso a sus «miles» de reformas, porque impacta de lleno no solo en un rubro costoso como el de la impresión de boletas si no en la fiscalización, cuya logística se lleva buena parte del financiamiento negro de las campañas.
El año pasado, estuvo a cargo de Karina Milei. El PRO debió lidiar con ella y los dirigentes dedicados a esa rama que tuvo fuertes chispazos internos.
La secretaria general es la cancerbera del proyecto de su hermano. Según sectores del PRO, es, además, una de las que analiza con cierto recelo una eventual fusión entre LLA y el partido fundado hace más de dos décadas por Mauricio Macri.
Vicios de la vieja política
En sus primeros pasos, la iniciativa para transformar el sistema electoral obtuvo apoyo multipartidario. La comisión que dictaminó sobre la Boleta Única incluía a senadores de La Libertad Avanza, del PRO, de la Unión Cívica Radical y peronismo, aunque estas fuerzas, en territorios provinciales, sostengan posturas variopintas, algunas de ellas totalmente opuestas rayando la incoherencia, en torno a los procesos que atraviesa la propuesta dentro de sus jurisdicciones.
El proyecto fue impulsado en 2022 por la diputada Silvia Lospennato, con la colaboración de Emilio Monzó y otros diputados, incorporando modelos de Córdoba y Santa Fe, proponiendo que las elecciones provinciales y municipales se celebren de forma concurrente con las nacionales.
En Corrientes, una de las provincias en las que el debate ya ha comenzado, la reforma cosechó un sólido respaldo a través del presidente de la Cámara de Diputados, Pedro Cassani, y el apoyo del gobernador Gustavo Valdés, quien, no obstante, se halla ante el serio desafío de enfrentar una línea poco consistente con sus políticas dentro de la Unión Cívica Radical (UCR), proceso similar al que atraviesa el justicialismo correntino, en aparente camino a su normalización.
Más allá de Corrientes, para los libertarios, este debate expone a Buenos Aires como un área clave en el plan que demarcará la estrategia de la Libertad Avanza para las elecciones de 2025.
En este distrito, Diego Santilli, ahora declarado libertario, busca tener un rol importante en el diseño de la estrategia electoral, en tanto, Karina Milei ya ha comenzado a trabajar en la ciudad de Buenos Aires con sus allegados.
Santa Cruz anula
la Ley de Lemas
Fue una decisión de la Legislatura provincial días atrás. Se trata de un avance cualitativo compatible con la necesidad de terminar con los esquemas feudales que han contribuido a la crisis de representación que existe en la política, en la cual ayudan los sistemas de selección de candidatos dado que en pocas provincias existen las primarias y los caciquejos provinciales terminan actuando como patrones de estancia en la designación por el dedo de los candidatos.
Antes San Luis, ahora Santa Cruz termina dando vuelta la página. Restan solo Misiones, Formosa y Corrientes.