Por Silvio E. Buittoni
Verónica Acevedo, la única chaqueña que corrió la Maratón para Todos, organizada en el marco de los Juegos Olímpicos París 2024, logró su objetivo arribando a la meta 5 horas42 minutos2 segundos luego de haber partido.
Un «lograzo», primero por haber completado los exigentes 42 kilómetros y 195 metros y segundo por haberlo conseguido incluso con un tiempo por debajo del que ella misma se había establecido como objetivo.
Más de 20 mil personas tomaron parte de este evento que recorrió no solo las calles de Paris, sino de varias ciudades circundantes.
LA HISTORA DETRÁS DE LA NOTICIA
Tras este logro que solo los corredores sabrán apreciar en su real magnitud, hubo un trabajo intenso por parte de Verónica. Y para conocer detalles, LA VOZ DEL CHACO la entrevistó en exclusiva.
«Hace tres años, a los 47, comencé a correr y hace dos salió la noticia de este Maratón en el marco de los Juegos Olímpicos y me anoté como un gran sueño», comenzó contando la ahora maratonista.
«Llevó 6 meses preparar este maratón; un trabajo muy duro de cada sábado y cada domingo a las 6 con un gran equipo detrás mío; incorporando mis conocimientos de meditación, de yoga, de las energías Reiky», detalló Acevedo, quien luego afirmó: «Tiré toda la carne al asador ayer (por el sábado). Justo estoy haciendo un curso de respiración el cual practiqué ayer, respiración nasal con el método oxigen advantage. Y fue para mí algo increíble porque me vine con 50 años y hacer mi primera maratón con esa edad, pocos saben todo lo que lleva la preparación: dormir temprano, alimentarse bien, el descansar bien y a su vez seguir trabajando en lo que uno hace todos los días».
«Estos locos sueños de entrar al deporte a los 50, je, je…», agrega luego entre risas.
Unas risas que según contó, la acompañaron en todo el recorrido. Vero tuvo un solo momento de duda y lo contó así: «Cuando a la mañana leí que Kipchoge (N. de Redacción: uno de los candidatos a ganar el Maratón en París y que corrió antes) abandonó me dio un julepe bárbaro!!! En el kilómetro 30 abandonó el campeón del mundo, Kipchoge; entonces, cuando iba a llegar al 30, respiré, sonreí, me nutrí de la gente y con pasitos cortitos logré subir esa gran empinada que fue ese KM 30 que fue muy, muy duro».
«Fui sonriendo, con mi camiseta de Argentina, la gente me gritaba; llegué con la gente, la energía de la gente», cuenta sobre el cómo pudo sobrellevar semejante exigencia.
«En el momento que tuve que parar porque no podía parar de llorar, fue cuando llegamos al Palacio de Versailles, que justamente era la mitad del recorrido. Ahí cuando vi imponente ese lugar, lloré, lloré; lloré tanto que se acercaron a ver si me pasaba algo porque yo lloraba a los gritos pero era de la emoción, una emoción muy grande porque yo sabía que de ahí solo quedaba volver, ya estaba en la mitad. Ya estaba muy cerca de lograr mi gran sueño», detalla.
Antes, la chaqueña había resumido su extraordinaria experiencia afirmando: «Fue muy dura por la gran cantidad de ascensos en el recorrido. Debo destacar la organización impecable. Fue un gran desafío y un gran sueño para el que se trabajó mucho y con un gran equipo».
Un equipo integrado por «mi entrenador Martín Bueno; mi preparador físico Pedro Lescano, mi kinesióloga Magalí Paz, mi nutricionista Lorena Gallard, mi preparador en respiración Lucas Escobar; también tuve el apoyo de una sicóloga deportiva la licenciada Andrea Mandri».
Pero el «apoyo» no se acaba allí, ya que Verónica sostuvo: «Quiero destacar el acompañamiento de mi familia, mis amigas las chicas de los jueves el team, el gran equipo que tenemos MB Running Group que estuvo ahí en cada entrenamiento alentando y apoyando con cada ‘vamos Vero’, lograron que no decaiga; fue un duro, duro entrenamiento».
Un entrenamiento que rindió, y de qué manera, ya que la ahora maratonista confesó -ante la consulta de este diario-, que «cuando finalicé, no hice lo que debía hacer; teníamos que caminar porque no había medios de transporte -se terminó a las 4- asó que en vez de elongar comenzamos a caminar, llegué donde estaba alojada, comí muy bien y me acosté a dormir», dijo.
«Hoy (por ayer) a la mañana hice inmersión en hielo -agregó Acevedo-; hace poco hice un curso con ese método para recaudar fondos llevando al especialista a Resistencia y lo vamos a volver a llevar porque es el método que me ayudó en muchos aspectos a llevar adelante este sueño».
Un sueño que Verónica Acevedo construyó a partir de sí misma, de sus allegados e incluso de algún apoyo como el que ella relata: «Adidas me regaló las zapatillas cuando se enteró. Las zapatillas de maratón me mandó a mi casa».
¿Sueño o meta? Cualquiera de los dos, Verónica lo consiguió.