La primavera meteorológica empezó oficialmente el domingo 1 de septiembre y este año se se perfila como una estación un poco atípica en términos climáticos, con prevalencia de condiciones más secas y más calurosas de lo habitual en amplias regiones, principalmente en el Centro y Norte del país.
Según el informe trimestral elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para los meses de septiembre, octubre y noviembre, se espera que el fenómeno ENOS, que incluye tanto El Niño como La Niña, se mantenga en condiciones neutras. Esto significa que, aunque no se espera la presencia dominante de estos fenómenos, los patrones climáticos a menor escala podrían generar cambios más pronunciados y localizados.
El informe del SMN prevé que la temperatura media durante la primavera será superior a la normal en gran parte del centro y norte del país. Las probabilidades de que esto ocurra son particularmente altas en la región del Noroeste, lo que podría llevar a condiciones de calor extremo en una zona donde las temperaturas ya son naturalmente elevadas durante esta estación.
El pronóstico climático indica que las temperaturas estarán por encima de la media en los próximos tres meses. Las provincias principalmente afectadas serán La Pampa, Mendoza, San Juan, San Luis, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Santiago del Estero, Chaco y Formosa, con tendencias aún más marcadas en La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta y Jujuy.
En la Patagonia, se espera una mayor variabilidad. Mientras que el oeste de la región experimentará temperaturas normales o superiores a lo normal, el este y el sur probablemente se mantendrán dentro de parámetros normales. Aunque esta tendencia de temperaturas al alza es menos probable, también se verá en regiones de Neuquén, oeste de Río Negro, Chubut y noroeste de Santa Cruz.
No obstante, esta normalidad no necesariamente implica un alivio, ya que la amplitud térmica —la diferencia entre las temperaturas máximas y mínimas— podría ser mayor que la habitual en el centro y noreste del país, incrementando el estrés térmico tanto para las personas como para la flora y fauna.
El informe del SMN prevé que la temperatura media durante la primavera será superior a la normal en gran parte del centro y norte del país. Las probabilidades de que esto ocurra son particularmente altas en la región del Noroeste, lo que podría llevar a condiciones de calor extremo en una zona donde las temperaturas ya son naturalmente elevadas durante esta estación.
El pronóstico climático indica que las temperaturas estarán por encima de la media en los próximos tres meses. Las provincias principalmente afectadas serán La Pampa, Mendoza, San Juan, San Luis, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Santiago del Estero, Chaco y Formosa, con tendencias aún más marcadas en La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta y Jujuy.
En la Patagonia, se espera una mayor variabilidad. Mientras que el oeste de la región experimentará temperaturas normales o superiores a lo normal, el este y el sur probablemente se mantendrán dentro de parámetros normales. Aunque esta tendencia de temperaturas al alza es menos probable, también se verá en regiones de Neuquén, oeste de Río Negro, Chubut y noroeste de Santa Cruz.
No obstante, esta normalidad no necesariamente implica un alivio, ya que la amplitud térmica —la diferencia entre las temperaturas máximas y mínimas— podría ser mayor que la habitual en el centro y noreste del país, incrementando el estrés térmico tanto para las personas como para la flora y fauna.
Precipitaciones por debajo de lo normal
En cuanto a las precipitaciones para esta primavera, se espera que gran parte del territorio experimente lluvias por debajo de los niveles normales.
Las regiones más afectadas incluirán el norte del Litoral, gran parte del Noroeste Argentino (NOA), Buenos Aires, La Pampa y la Patagonia. Estas áreas tendrán una probabilidad alta de registrar niveles de precipitación normales o inferiores a lo normal, un escenario que podría exacerbar la situación en zonas ya afectadas por la sequía.
Para la región Norte, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y la región de Cuyo, donde se anticipa que las lluvias serán inferiores a lo normal. La falta de precipitaciones en estas áreas, cruciales para la agricultura y la ganadería, podría tener un impacto considerable en la producción de cultivos y la disponibilidad de agua para el riego y consumo. Además, se pronostica una estación seca para el extremo oeste del NOA, lo que acentúa aún más el riesgo de sequía en una región que ya suele enfrentar desafíos relacionados con la disponibilidad de agua.
Aunque el informe trimestral ofrece una visión general de lo que se espera, las variaciones en patrones sub-estacionales y eventos de corta duración, como olas de calor o de frío y bloqueos atmosféricos, podrían traer consigo episodios de clima extremo que no pueden preverse con meses de antelación.
Si bien los pronósticos estacionales como el presentado por el SMN son herramientas valiosas para la planificación y la preparación, también subrayan la importancia de adaptarse a un entorno en el que los patrones climáticos tradicionales están cambiando. La sequía y el calor que se esperan este trimestre podrían ser un anticipo de condiciones climáticas que, lamentablemente, podrían volverse más comunes en el futuro.