La Justicia ordenó en las últimas horas la detención de seis uniformados que conspiraban para realizar una nueva revuelta policial en la provincia de Misiones.
Los complotados tenían en mente varias acciones de efecto. Debían ejecutarse de manera simultánea el pasado martes 17. La primera era un escrache a la vivienda de Carlos Rovira, exgobernador y hombre fuerte del oficialista Frente Renovador. La segunda, de mayor impacto, provocar un incendio y saturar las líneas de asistencia del sistema 911 para sacar la autobomba de los bomberos y patrulleros a fin de secuestrarlos y quitarlos de circulación.
La punta del ovillo fue la denuncia que presentó un oficial ayudante que rechazó ser parte de la operación. Lo habían instado a sumarse a una “movida” en “la casa del Enano”, como apodaron a Rovira. Esto llevó a la detención del oficial Diego Correa y al secuestro de su teléfono celular.
El aparato fue peritado por personal de la SAIC (Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas) dependiente del Poder Judicial. Allí se encontró el chat revelador que llevó a las demás detenciones.
Un golpe de efecto
La conversación clave está en un grupo de Whatsapp que se llama “Solo Cola” y que tiene como íconos una calavera con dos tibias cruzadas y lo que parece ser un ataúd. En esa conversación se coordinaba la logística de la revuelta.
En un tramo clave, planificaban cómo apoderarse del camión de bomberos y de móviles policiales. La autobomba era el primer objetivo porque, como señaló uno de los implicados en el chat, “si robamos primero un patrullero, no va a salir”.
Los audios dan cuenta de que para ello iba a ser necesario generar o provocar un incendio. Uno de los participantes habló de llamados “simultáneos” al 911 e informar de la situación de peligro, a fin de darle credibilidad.
La alternativa fue quemar un pastizal en las afueras de Posadas. Esto obligaría a actuar a las delegaciones de otras zonas cercanas. “Ahí tenemos que estar atentos. Una vez que baja el chofer, agarrar el móvil”, apuntó uno de los supuestos implicados.
“Tenemos a los delegados de bomberos, que ellos se encarguen”, agregó otro. Luego, un audio siguiente dividió tareas: que un grupo se encargue de secuestrar la autobomba y otro de sacar de circulación los patrulleros.
“De entrada será un golpe duro”, “Con esto se pudre copado”, “Yo ya estoy rejugado. Que se pudra lo que tenga que pudrir”, son otros de los mensajes que están en la conversación que la Justicia usó para las detenciones.
El objetivo de la movida no era, como en mayo, un reclamo salarial. Pretendían una amplia amnistía, administrativa y judicial, que deje sin sanción a quienes participaron del levantamiento de mitad de año. La conspiración surgió luego de que el Juzgado que tiene esa causa terminó de indagar al personal policial y mientras se apresta a hacer las imputaciones formales por sedición y otros delitos conexos.
La causa se está tramitando en el Juzgado de Instrucción 3 de Posadas, a cargo del magistrado Fernando Verón, bajo la carátula de Conspiración y Sedición, artículos 233 y 229 del Código Penal.
Fuentes tribunalicias indican que un ex juez federal es el principal asesor legal de los uniformados comprometidos. Se trataría de un ex magistrado que hace unos años estuvo involucrado en una causa penal por irregularidades en depósitos judiciales.