Un inquietante esquema de corrupción que involucra al expresidente de Ecom, Luis Verga, se conoció en las últimas horas y podría derivar en una investigación judicial por desvío de fondos públicos.
Verga no cuenta con antecedentes que justificaran su designación al frente de la mayor empresa de telecomunicaciones y software de la provincia y su trayectoria como proveedor modesto de insumos informáticos al Estado, del cual proviene el 90% de su facturación, ha despertado serias sospechas desde que se conoció su designación.
El eje de este escándalo es una supuesta triangulación en la compra de equipos de videovigilancia. La empresa beneficiada, Small Bull S.A.S., fue constituida el 20 de marzo de 2024, apenas tres meses después de que Verga asumiera en Ecom.
Uno de sus socios y representante legal suplente es Julio Alberto Zalazar, quien también es gerente general de Asesores Informáticos S.A., empresa de propiedad de Verga y proveedora del Estado. Además, Julio es hermano de Juan Alberto Zalazar, socio mayoritario de Small Bull.
Esta empresa, de reciente creación, consiguió adjudicarse un contrato por USD 401.635,47, equivalentes a 494.011.628 millones de pesos argentinos, para el suministro de materiales destinados a la política de videovigilancia del gobierno provincial. De hecho, la factura emitida por Small Bull a Ecom es la número 002, lo que refleja su escasa actividad comercial previa.
CIRCUITOS DE COMPRAS ALTERADOS
Para concretar esta operación, Verga desmanteló áreas clave dentro de Ecom, despidiendo a empleados con entre 10 y 20 años de antigüedad. El primero en ser removido fue el jefe de compras, seguido de otros empleados que podían representar un obstáculo.
En los departamentos donde no logró reemplazar personal por falta de sustitutos competentes, Verga presuntamente recurrió a amenazas para asegurar la obediencia a sus directrices.
Para facilitar esta contratación se habrían alterado los procedimientos y circuitos de compras establecidos por la empresa, violando normativas internas y comprometiendo la transparencia que debería regir una entidad de participación estatal mayoritaria.
Otro aspecto alarmante es la ausencia de una contraprestación clara. No existen contratos ni facturación que justifiquen la adquisición de los materiales por parte de Ecom, lo cual pone en entredicho la viabilidad económica de la operación.
«Como Ecom depende de su facturación para subsistir, realizar compras sin respaldo de ventas comprometen las finanzas de la empresa y los recursos del Estado chaqueño», explicaron a La Voz del Chaco fuentes de la empresa que aseguran que «nada de esto habría sido posible sin la colaboración del directorio y un puñado de empleados indecentes».
Las mismas fuentes precisaron que fueron removidos empleados idóneos y de trayectoria para ser reemplazados por obsecuentes con las decisiones del directorio.
La falta de transparencia y las aparentes irregularidades en este proceso plantean serias dudas sobre la integridad de las operaciones de Ecom bajo la dirección de Verga. Es imperativo que las autoridades investiguen a fondo estas denuncias y que se establezcan responsabilidades claras.
Este escándalo se suma a otras controversias recientes que incluyen la autocontratación de Veza S.R.L., propiedad de Verga, por más de 80 millones de pesos; donaciones escandalosas a una institución educativa privada vinculada a un familiar de Verga; donaciones al club CURNE, del cual Verga es directivo; y la contratación de cientos de empleados con sueldos elevados, en su mayoría familiares y amigos.
Paralelamente, Verga eliminó beneficios laborales como el jardín infantil para hijos de empleados y el refrigerio del personal, además de perseguir y despedir a cientos de trabajadores.