Francisco Paco Olveira, sacerdote, integrante del grupo de «Curas en opción por los pobres», fue entrevistado por Radio Nacional Resistencia, donde reflexionó sobre la realidad en los sectores más vulnerables, afectados por la pandemia del coronavirus, y destacó la presencia del Estado nacional y provincial, al trazar una comparación con la anterior gestión de gobierno. En ese sentido, el religioso subrayó la gestión actual por asistir a los más pobres y remarcó que «si Macri estaba en este momento, explotaba todo».
«Tenemos que tener memoria, vender espejitos de colores, como lo hizo Macri en su momento, de que no íbamos a perder derechos, eso es muy fácil, ahora los proyectos neoliberales siempre son iguales: que no haya un Estado que esté presente porque a ellos no les sirve el Estado, ellos tienen todo y prefieren seguir con su timba financiera», analizó.
Por esto comparó: «La diferencia con la época macrista es que tenemos un Estado presente y nos permite ir transitando este momento difícil, porque de la epidemia macrista pasamos a la pandemia del coronavirus, no hubo siquiera transición, sabemos que estamos en momentos muy difíciles, hay niveles de pobreza muy altos en nuestra patria y esto hubiera explotado, sino hubiera una presencia del Estado importante», resaltó.
Seguidamente ejemplificó: «Eso es la Asignación Universal por Hijo, la tarjeta Alimentar, y muchos programas de promoción que no se saben, pero hay muchas propuestas de desarrollo en los barrios. Por ejemplo, lo que hace la Secretaría de Integración Sociourbana, en los sectores que están dentro del Registro Nacional de Barrios Populares, para la infraestructura, en eso estamos trabajando, el Ministerio de Salud con su programa, Salud Comunidad Organizada, en que con las organizaciones de la comunidad se están armando profesionales de distintos tipos, odontólogos, sicólogos que atiendan a la gente», detalló.
Seguidamente continuó describiendo las políticas públicas que permiten paliar la crisis: «La verdad que hoy podemos tener los comedores, que no me gustaría tenerlos, pero hoy son necesarios, y poder dar una comida digna, que antes tampoco era posible», recordó. «En fin, en medio de la situación, hay un Estado que está presente, a pesar de que, del otro lado, el aumento indiscriminado de los precios de los alimentos y de la carne, la verdad que eso clama al cielo y tiene que ver con los sectores concentrados de la economía», advirtió.
Plan Qunita
El sacerdote, además, analizó los sobreseimientos dictados por la Justicia a quienes estuvieron imputados en el denominado Plan Qunita, y recordó las gestiones que realizó durante el gobierno de Macri, para la continuidad de estos programas de asistencia para los sectores más vulnerables, instrumentados durante el gobierno de Cristina Fernández. «Fue la primera causa que utilizó el macrismo para denostar al gobierno de Cristina, para generar esa idea de que todo lo que había hecho su gobierno era corrupto para llenarse los bolsillos, con la esperanza de que no volvieran nunca más y pudieran seguir con lo que, nos dimos cuenta después, llevaron adelante de forma tan escandalosa», dijo en referencia a la gestión anterior. «La verdad que fue una lucha en solitario, me refiero a cuando todo estaba en contra, habían ganado las elecciones y tenían todo el poderío y la fuerza y era como buscar agua en medio del desierto», recordó.
«Nos presentamos varias veces en el Ministerio de Salud sobre la entrega de Qunita, diciendo que mientras tanto se dilucidara el tema de la cunita en sí, que el resto de las cosas se entregara a la gente, y que en la Isla Maciel, que es donde vivía, barrio muy pobre y humilde, nos hacían falta los elementos, pero no tuvimos respuestas, fueron tres presentaciones», precisó el referente social.
«Finalmente recurrimos a la Justicia, con un organismo del Estado, Atajo, son fiscales del Estado que de forma gratuita atienden en los barrios y lugares más vulnerables, con un equipo de abogados, trabajadores sociales y sicólogos, y tienen una oficina en la Isla Maciel, con ellos nos presentamos en la Justicia y finalmente conseguimos que esas cosas pudieran ser repartidas, ahora había cosas que estaban vencidas y que se tiraron también», describió. Al tiempo de resaltar que «durante todo ese tiempo se estuvo pagando una millonada de dinero por la acumulación en galpones de todo lo que era el plan Qunita, y lo peor de todo es que no continuó el plan. Si vos querés a los pobres, a la gente, y decís esto está mal hecho, lo hacés mejor, pero no lo quitás», consideró el sacerdote.
Tras esto respondió a los cuestionamientos sobre la politización de sus opiniones y posturas: «Lo que veo son seres humanos, hombres y mujeres con necesidades, que tienen, como hijos e hijas de Dios, una dignidad tantísimas veces pisoteada, por lo tanto, lo que tiene que ver con la justicia, es algo esencial del evangelio: bienaventurados los que trabajan por la justicia y la paz porque serán llamados hijos de Dios», señaló. «Mientras hablamos del amor en general, a todos nos aplauden, cuando se concreta ese amor ahí empieza las dificultades, si te preguntás por qué mi pueblo no tiene pan, no tiene las cunitas, entonces te estás metiendo en política, y mi fe implica la transformación de la realidad, si algo tiene la fe cristiana es que Dios se metió en el barro de la humanidad para transformar las cosas», explicó.
Por otra parte, también manifestó su posición sobre la campaña civil que exige la separación de la Iglesia y el Estado: «Estoy de acuerdo en la separación de la Iglesia y el Estado en lo que tiene que ver con los privilegios, hoy seguimos teniendo normas que puso la dictadura militar para aplaudir a los jerarcas que le dieron el resguardo ideológico a la dictadura, y claramente creo en la separación de la Iglesia y el Estado, en el sentido de privilegios», sostuvo. «Ahora, la Iglesia es una institución con cosas buenas y malas como cualquier institución y lo que tenemos que trabajar es en la comunidad organizada, donde las instituciones y el Estado laburen en conjunto por el bien de la sociedad, puedo trabajar perfectamente con un creyente, un ateo, judío o musulmán, con un evangélico, mientras que lo busquemos sea un mundo más humano, más justo, más fraterno y sororo, porque no me diferencia la fe de cada uno, en todo caso me diferencia si postea o no a los pobres, eso es lo que me une o me diferencia con la otra persona», resaltó.
Tras el sobreseimiento buscan reflotar el plan Qunita
Hace dos semanas, el Tribunal Oral Federal 1 sobreseyó por inexistencia de delito a todos los procesados en la causa por el plan Qunita, que investigó supuestas irregularidades en la provisión de kits para recién nacidos. Según la fiscala Gabriela Baigún, quien había pedido el sobreseimiento de los imputados, no se logró constatar que los acusados hayan incurrido en los delitos de fraude a la administración pública ni el de abuso de autoridad (en el caso de los exfuncionarios investigados).
El expediente de la causa fue instruido por el fallecido juez federal Claudio Bonadio, quien en su momento procesó al exjefe de Gabinete Aníbal Fernández y al exministro de Salud de la Nación y actual titular de esa cartera en la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollan, y su actual viceministro, Nicolás Kreplak, entre otros.
El hecho tuvo inicio durante la instrucción suplementaria del caso Qunita, en el que se denunció la existencia de supuestas irregularidades en la licitación para la entrega de kits de cunas, chupetes, moisés, entre otros objetos. El entonces plan lanzado en la previa de la campaña presidencial de 2015 de Cristina Kirchner fue derogado en 2016 por el gobierno de Cambiemos, tras advertir «la peligrosidad de algunos de sus elementos».
Al mismo tiempo el senador nacional Martín Doñate (Frente de Todos-Río Negro) presentó un proyecto para reconstituir por ley el plan Qunita y retomar el programa nacional para la reducción de la mortalidad infantil, garantizando el acceso equitativo a los insumos y recursos necesarios para una adecuada atención del recién nacido y su crianza.
Cuando era diputado nacional, en 2016, Doñate se presentó en la justicia y frenó, por medio de una cautelar, la destrucción y quema de las cunitas que había determinado el juez Claudio Bonadio por la denuncia de la diputada Graciela Ocaña y el Gobierno de Mauricio Macri.
De acuerdo a la propuesta del legislador, el programa se denominará Qunita-Ares, en homenaje al fallecido joven diseñador Santiago Ares, quien inspiró la idea de la instrumentación de un kit «para bajar los índices de mortalidad infantil en zonas marginales del país, en tanto el registro más alto de muerte temprana se debe a lo que se denomina colecho», según datos que surgían antes de la aplicación del programa en 2015.
Según Doñate, la pretensión de la ley «es transformar el programa con carácter de política de Estado, un programa que fue frenado y judicializado por parte del gobierno de Mauricio Macri y cuyas consecuencias no solo fueron la vida y la salud de los bebés y sus madres», y apunta a «recuperar la política que se había instrumentado en el gobierno de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2015».