En el marco de la Cuarta Celebración Mundial del Chamamé, LA VOZ DEL CHACO tuvo la oportunidad de conversar con Lauti, el pequeño chamamecero Lautaro Bazante, que ha logrado destacarse en la escena nacional e internacional.
Con un apodo que ya resuena en las calles del Litoral no solo es un defensor de la música tradicional, sino un verdadero embajador del chamamé en el mundo.
-Lauti, es un placer. Sabemos que es una de las voces más destacadas en el chamamé hoy en día. Estás en el anfiteatro Mario del Tránsito de Cocomarola, en esta cuarta celebración mundial del Chamamé. ¿Qué siente en este momento tan especial?
-La verdad, para mí es un honor estar aquí, en el mismo lugar que me vio crecer. Yo nací y me crié en la fiesta del chamamé.
Es aquí donde me enamoré de la música, y es por eso que no puedo faltar a esta cita, aunque esté de gira. Siempre intento estar presente, al menos una noche.
-Está recorriendo el país con su música, ¿qué le dice la gente cuando lo ve subir al escenario?
-La gente me dice que toco muy lindo, y muchos se sorprenden. Es lindo ver cómo el Chamamé sigue conquistando corazones, especialmente en lugares donde a veces no es tan común.
Ahora, estoy juntando dinero para cambiar de acordeón, el que tengo ya me quedó chiquito. Este año quise venir a ver cómo está la fiesta del chamamé, porque el año pasado todo estaba igual, pero este año quería ver cómo se sentía la gente, y también saludar a mi gente de aquí.
EL CHAMAMÉ ES MI IDENTIDAD
-Hace poco, Coquimarola reflexionaba sobre cómo los jóvenes están trayendo una nueva visión del Chamamé. ¿Cómo ve usted esta evolución?
-Yo siento que el chamamé es patrimonio de la humanidad. Mi maestra alguna vez me dijo que la ropa que usamos en el chamamé era un «disfraz». Me enojé mucho con ella, porque no es un disfraz, es la ropa típica de Corrientes.
El chamamé no solo es música, es cultura, es identidad. Yo defiendo esa tradición. Canto Chamamé infantil, con canciones como «Señora vaca», «La mochila azul», y el ritmo chamamé cero.
Hoy en día todo es cumbia y reggaetón, y siento que el chamamé está perdiendo espacio. Mi misión es incorporar a los niños, hacerlos conocer y amar nuestra música.
«Mi idea es mostrar mi música escrita por mí»
-Hablando de música, ¿quiénes son sus referentes, sus maestros en el mundo del chamamé?
-¡Uy! Hay muchos. Me encanta cómo toca el Chango Spasiuk, y también admiro a la Sole, al Chaqueño, la Pilarcita. También les tengo mucho cariño a mis profesores.
Raúl Alonso me enseña acordeón y canto, y Luis Castro me ayuda con el canto. Son mis mentores y les estoy muy agradecido.
-Nos contó que está trabajando en una canción propia. ¿Cómo está su música, qué proyectos tiene para el futuro?
-Sí, tengo una canción propia, pero aún le falta la pista instrumental, por eso no la he mostrado. Cuando tenga todo listo, voy a presentarla con mis músicos, que están preparándose para eso.
Mi idea es mostrar mi música escrita por mí, algo que sea 100% mío.
«En mi casa el chamamé nunca para»
-Eso suena a primicia. Me encanta que me lo esté contando. ¿Qué otras novedades tiene para nosotros?
-Me alegra que te entusiasmes. Te cuento que en mi casa el chamamé nunca para. Siempre está sonando: un ratito La Pilarcita, un ratito el Chango, y por supuesto, Los Nocheros. Fue con ellos que me dieron mi apodo, «El Gringo del Chamamé».
-Esa es una gran responsabilidad, Lauti. Ahora, le voy a pedir un mensaje para los chicos como usted, que están empezando a caminar este camino.
-A los chicos les diría que se sumen al chamamé, que este es un patrimonio.
El chamamé sigue siendo nuestro. Es muy importante que los jóvenes busquen cantar chamamé. Yo siempre voy a seguir cantando y tocando chamamé, porque es lo que soy, lo que defiendo.