En un contexto marcado por las altas temperaturas, la escasez de precipitaciones y el aumento de las condiciones propicias para el fuego, el cuerpo de bomberos del Chaco se enfrenta a desafíos diarios que ponen a prueba tanto su capacidad operativa como su coordinación con organismos voluntarios y de la Policía.
En una extensa entrevista concedida a LA VOZ DEL CHACO, el subcomisario Ricardo Damián Velazco explicó en detalle cómo se estructura la respuesta ante emergencias, cuáles son los factores de riesgo y las recomendaciones que toda la ciudadanía debe tener presentes para prevenir incidentes que podrían agravarse.
«Nosotros somos la Dirección General de Bomberos de la Policía del Chaco; tenemos jurisdicción en toda la provincia», puntualizó Velazco al inicio de la entrevista.
Con base en la ciudad de cabecera, la institución opera a través de siete cuarteles centrales que garantizan una guardia permanente las 24 horas mediante un sistema rotativo.
Además, el cuerpo cuenta con la colaboración de bomberos voluntarios en cada localidad, lo que fortalece la respuesta ante emergencias de diversa índole.
«Cada localidad tiene un cuartel de bomberos voluntarios, lo cual permite que, ante una eventual emergencia, el trabajo se realice en conjunto y con una coordinación efectiva», señaló el subcomisario.
Factores climáticos y de riesgo
«En estos momentos, sobre todo entre fines de agosto y marzo y en algunos casos hasta abril, estamos en una etapa de enseñanza y alerta forestal», comentó el subcomisario.
Durante este período, la falta de lluvias y las altas temperaturas condicionan el ambiente, haciendo que la probabilidad de incendios se incremente notablemente.
«La alerta hoy en día es muy elevada por la escasez de precipitaciones. La poca lluvia que se registra y el bajo milimetraje de agua en la región contribuyen a la sequedad del terreno», explicó Velazco.
Además, la vegetación predominante en el Chaco se compone mayoritariamente de pastizales, lo que facilita la rápida propagación de las llamas. Esta característica, junto con la inobservancia de medidas preventivas por parte de la ciudadanía, hace que el riesgo sea considerable, especialmente en épocas de condiciones climáticas extremas.
Causas y orígenes de los incendios
Durante la conversación, Velazco enfatizó que la gran mayoría de los incendios, tanto en el Chaco como en el resto del país e incluso en otros lugares del mundo, tienen un origen accidental y, en la mayoría de los casos, derivan de la acción humana.
«El 90% de los incendios forestales se producen por una cuestión accidental, ya sea por acción voluntaria o por inobservancia. Rara vez un rayo es el culpable, y mucho menos un descuido como dejar una botella de vino encendida», indicó.
El subcomisario subrayó que pequeños descuidos como prender una fogata en zonas inadecuadas o no cerciorarse de apagarla completamente- pueden desencadenar incendios de gran magnitud.
Asimismo, destacó que, aunque existen casos aislados de incendios provocados por fallas eléctricas o accidentes, el factor humano es el determinante en la mayoría de los siniestros.
Respuesta ante emergencias
La capacidad de respuesta del cuerpo de bomberos del Chaco es uno de los pilares en la lucha contra el fuego.
Según Velazco, ante un llamado de emergencia se activan protocolos muy precisos que se inician con el registro de la incidencia a través de diferentes canales, siendo el sistema 911 uno de los principales.
«Cuando se recibe una llamada a través del 911, se contacta de inmediato al cuartel o al equipo de bomberos más próximo al lugar del siniestro. Además, contamos con el número 100, un teléfono gratuito que funciona las 24 horas para atención preventiva», aclaró.
Esta doble vía, la centralizada en el 911 y el servicio especializado del 100 asegura que, sin importar el origen del aviso, la respuesta sea inmediata.
Asimismo, Velazco afirmó con confianza que, hasta el momento, «no hemos tenido una situación que sobrepase la capacidad de respuesta, ya sea por parte de los bomberos de la Policía o de los voluntarios».
La coordinación entre las distintas unidades operativas permite también que las intervenciones se ajusten a las características de la región, donde el tipo de vegetación y las condiciones del terreno favorecen un combate al fuego más eficaz en comparación con zonas de vegetación densa.
En otra parte del diálogo, el subcomisario realizó una comparación con las situaciones que se viven en otras provincias, como Corrientes o zonas del sur del país, donde los incendios se desarrollan en áreas boscosas y de vegetación más densa.
«En el sur, los incendios suelen originarse en áreas boscosas con vegetación más gruesa y árboles que contienen resina, un combustible que agrava la situación, mientras que en nuestra región predominan los incendios en pastizales, lo cual facilita su control», explicó Velazco.
Esta diferencia en las características del terreno y la vegetación determina, en parte, las estrategias de intervención. Mientras que en algunas regiones se requiere de equipos y material especializado adicional (como autobombas de mayor capacidad), en el Chaco el trabajo se enfoca en la rapidez de respuesta y la prevención mediante la colaboración entre equipos permanentes y voluntarios.
Operativos urbanos y en zonas periféricas
Velazco destacó que en las ciudades y en las zonas de la periferia también existen riesgos importantes, aunque de naturaleza distinta. La quema de basura y de material en terrenos inhabilitados es una práctica recurrente que puede desencadenar incendios que se propaguen a viviendas y vehículos.
«En la ciudad, observamos con frecuencia el registro de quema de basura en terrenos abandonados o mal acondicionados. Estas llamas, al no contar con medidas de contención, pueden propagarse rápidamente y transformarse en incendios que amenacen estructuras y la integridad de los habitantes», explicó.
El subcomisario indicó que estos incidentes son, en muchos casos, consecuencia del arrojo irresponsable de colillas o de fogatas mal manejadas en zonas de camping o recreativas.
Frente a estas situaciones, el trabajo de prevención es crucial para evitar que un hecho aislado se convierta en una emergencia de mayores dimensiones.
Capacitación y especialización del personal
La formación del personal de bomberos es un aspecto fundamental en la estrategia preventiva y operativa del cuerpo de Bomberos de la Policía del Chaco.
Asimismo, Velazco explicó que la capacitación se inicia una vez que el personal ingresa a los cuarteles, donde se dictan cursos internos para desarrollar hasta siete especialidades.
«Dentro de nuestras funciones, no solo combatimos incendios. Tenemos áreas especializadas en el manejo de materiales explosivos, materiales peligrosos, asesoramiento técnico, y también en rescate y salvamento», explicó el subcomisario.
Además, parte del entrenamiento se lleva adelante en instituciones reconocidas a nivel nacional, como la Policía Federal o la Policía de Córdoba. Este constante perfeccionamiento permite que el personal se mantenga actualizado en técnicas y protocolos que responden a la evolución de los riesgos, ya sean de origen forestal, urbano o industrial.
En cuanto a la dotación, Velazco precisó que el número de personal depende de la zona y la densidad poblacional. «En Resistencia, por ejemplo, contamos con guardias conformadas por entre 12 y 15 bomberos, distribuidos en dotaciones mínimas de tres personas para asegurar que la respuesta sea inmediata y coordinada», puntualizó.
Diferencias operativas
Aunque para la ciudadanía el trabajo de los bomberos, tanto los de la Policía como los voluntarios, resulta similar, existen matices importantes en cuanto a responsabilidades y funciones. Velazco explicó que, en términos operativos y judiciales, el bombero que depende de la Policía asume la responsabilidad final del comando de la emergencia.
«El bombero de la Policía no solo combate el incendio, sino que también realiza una tarea previsual para determinar las causas del siniestro y coordina el operativo de manera integral. Esta responsabilidad judicial es una diferencia clave respecto a los bomberos voluntarios», indicó.
Sin embargo, el mensaje que se transmite a la comunidad es unánime: ambos tipos de bomberos trabajan para extinguir el fuego y proteger vidas y bienes. La cooperación entre ambos grupos es esencial para mantener un sistema de respuesta eficiente y robusto.
Rescate y salvamento
El combate a incendios es, sin duda, la función más visible del cuerpo, sin embargo Velazco destacó que los bomberos también intervienen en múltiples situaciones de rescate.
Además de atender emergencias en estructuras, su labor abarca desde el rescate de animales, como el habitual rescate de gatos en árboles hasta intervenciones complejas en escenarios de explosiones o amenazas de bomba.
«Nuestra realidad es muy variada. No solo apagamos fuegos; intervenimos en rescates de personas y animales, realizamos trabajos en altura, y también en tareas en medios terrestres, acuáticos y subacuáticos», explicó el subcomisario.
Asesoramiento técnico
Otra función relevante del cuerpo es el asesoramiento en materia de seguridad contra incendios en edificios y establecimientos. Los bomberos, desde su rol técnico, brindan recomendaciones para la protección de estructuras, aunque la responsabilidad de habilitación y control recae en las autoridades municipales.
«Nuestro asesoramiento es fundamental para la protección contra incendios, pero no tenemos la potestad de habilitar o regular un local. Esa responsabilidad corresponde a la municipalidad», aclaró Velazco.
Este trabajo de prevención y asesoría representa un primer paso para garantizar que las edificaciones cumplan con los estándares de seguridad, evitando que se conviertan en focos de riesgo en caso de emergencia.
Recomendaciones para la ciudadanía
Ante la inminente amenaza de incendios, Velazco hizo un llamado a la responsabilidad y conciencia de la ciudadanía. «La primera recomendación y la más importante es que no se prenda fuego bajo ningún punto de vista. Está prohibida la quema de basura, de vegetación o de cualquier otro elemento», dijo.
Por otro lado, instó a que, en caso de observar comportamientos de riesgo -como un vecino encendiendo fuego de manera irresponsable- se contacte inmediatamente al 911 para que las autoridades tomen las medidas legales y judiciales correspondientes; y enfatizó la necesidad de avisar de cualquier incendio ya iniciado a través del mismo canal o mediante el número gratuito 100 de bomberos.
Además, Velazco detalló medidas preventivas a nivel doméstico. Entre ellas destaca la importancia de mantener un perímetro libre de materiales combustibles alrededor de las viviendas. «Es fundamental que, en un rango de 5 a 10 metros alrededor de su casa, se elimine cualquier acumulación de pasto, madera, ropa o papeles que puedan favorecer la propagación del fuego», recomendó.
Incendios de origen eléctrico
Entre los factores de riesgo, Velazco destacó también los incendios de origen eléctrico.
«La mayor causal de incendios en estructuras eléctricas es la mala instalación o el sobrecargado del cableado. Es fundamental que estas instalaciones sean realizadas por profesionales, ya que la improvisación puede desencadenar un incendio que se inicia en el tablero y se propaga a otras áreas», puntualizó.
Vocación y compromiso
«No se nace siendo bombero; es una vocación que se descubre y se fortalece con el tiempo», afirmó. Según el subcomisario, la experiencia en el campo y el trabajo diario permiten que aquellos que se integran a un cuartel, ya sea de la Policía o como voluntarios, descubran el verdadero sentido del servicio.
«Quien tenga la oportunidad, le recomiendo integrarse a un cartel de bomberos voluntarios. Son experiencias únicas y gratificantes, en las que la labor se vive más como una pasión que como un simple trabajo», dijo Velazco.
Finalmente, reiteró la importancia de la prevención y el rol indispensable de la ciudadanía en la protección del entorno. «Recordemos siempre nuestros números de emergencia: el 911 para la Policía y el 100 para Bomberos.
Ante cualquier situación de riesgo, ya sea un incendio en formación o una conducta peligrosa, no duden en llamar», enfatizó.
Velazco también invitó a todos la población a acercarse a los cuarteles de bomberos de su localidad, donde pueden informarse y recibir asesoramiento sobre cómo prevenir incendios y mantener sus hogares y barrios seguros.
La labor de prevención -según el subcomisario- es un esfuerzo conjunto en el que cada acción cuenta y en el que el compromiso de cada habitante puede marcar la diferencia.
Contacto para emergencias
Policía: 911
Bomberos: 100.