El secretario de la Cámara Argentina de Fabricantes de Medias y miembro del Consejo Directivo de la Fundación Protejer, Damián Regalini, puso en duda la afirmación del ministro de Economía, Luis Caputo, quien aseguró que los precios de la ropa «van a bajar en los próximos 12 meses» debido a la apertura de importaciones.
«La verdad es que no creo que bajen los precios, como dijo el ministro. Por el contrario, veo precios reprimidos por la baja del consumo», advirtió el empresario textil en una entrevista de Radio Natagalá.
Regalini explicó que el mercado textil argentino ya tiene un alto nivel de importaciones y que la industria convive con la competencia extranjera desde hace años.
«Entre el 50% y el 56% de lo que se vende en Argentina de textil y calzado es importado», señaló, poniendo en duda que una mayor apertura pueda generar una reducción de precios.
Consultado sobre la diferencia de precios entre Argentina y Brasil, el empresario indicó que la problemática no es exclusiva del sector textil. «Lo mismo sucede con la cerveza, la electrónica y la comida. Esto se debe a la estructura económica y al sistema impositivo argentino, que es muy agresivo con consumidores y empresas», explicó.
Sobre la competitividad de la industria, Regalini aseguró que «el sector está altamente tecnologizado», con maquinaria de última generación y procesos industriales avanzados. «El problema no está en la falta de tecnología, sino en la macroeconomía y la ausencia de políticas de largo plazo», sostuvo.
Regalini también desmintió la idea de que una mayor competencia con productos importados beneficiará al consumidor. «Muchas veces los productos importados no son más baratos, sino que vienen con una estructura de costos distinta. En el mejor de los casos, la diferencia de precio no será significativa», indicó.
Al analizar las políticas económicas de distintos gobiernos, Regalini detectó un problema común: «Falta un plan industrial a largo plazo. Cada gobierno cambia las reglas del juego y eso dificulta las inversiones».
No obstante, destacó que la actual administración se enfocó en la estabilidad macroeconómica, aunque con «un costo preocupante: la caída del consumo y la demanda», dijo.
En cuanto a la posibilidad de una mayor importación en detrimento de la producción nacional, Regalini alertó: «Hay un incentivo claro a que el mercado se oriente hacia la importación y no a la producción».
Según indicó, el sector textil ya registra despidos, suspensiones y reducción de turnos debido a la baja demanda. «Cuando la venta cae un 20% o 30%, es inevitable un ajuste de personal», lamentó.
El empresario también recordó que en crisis anteriores hubo cierres de fábricas y pérdida de puestos de trabajo en el sector. «La industria textil es muy sensible a los ciclos económicos. Cuando hay caída del consumo y apertura indiscriminada, muchas empresas no resisten», advirtió.
Finalmente, al ser consultado sobre el primer año de gobierno de Javier Milei, Regalini respondió con una metáfora: «Es como una media a la que le falta su par. La estabilidad macroeconómica está, pero falta un plan industrial que complemente el equilibrio fiscal», y concluyó: «Necesitamos previsibilidad y reglas claras para poder proyectar el futuro de la industria».
