La dirigente de Mujeres de la Producción, Juana Vukich, alertó sobre la grave crisis que enfrenta el sector agropecuario en la provincia debido a la persistente sequía que afecta a amplias zonas del territorio.
Según sus declaraciones, la falta de precipitaciones ha generado pérdidas significativas en cultivos esenciales como el algodón, la soja y el sorgo, poniendo en riesgo la sustentabilidad de miles de productores.
«Estamos atravesando una crisis sin precedentes. Hace más de dos meses que no llueve en muchas zonas, y los efectos en la producción son devastadores», advirtió Vukich.
En diálogo con LA VOZ DEL CHACO, aseguró que las regiones más golpeadas por la falta de agua son los departamentos de Independencia, Comandante Fernández, Maipú, Castelli y Presidencia de la Plaza.
En estas zonas, la combinación de suelos arenosos y temperaturas extremas ha agravado la situación, generando erosiones severas y pérdidas de cultivos.
«En Independencia, la situación es alarmante. Es un suelo arenoso que sufre mucho más la falta de agua. Ahí se ha perdido la mayor parte de los cultivos, especialmente el algodón y la soja», señaló Vukich.
En Comandante Fernández, la producción hortícola también se ha visto gravemente afectada, con muchos productores incapaces de mantener sus cultivos debido a la falta de riego.
Impacto en la ganadería y el abastecimiento
de agua
El sector ganadero también enfrenta una crisis profunda. «El agua para consumo humano y animal es otro drama. Muchas fuentes naturales de abastecimiento se han secado o reducido drásticamente su caudal, dejando a los productores sin alternativas viables», explicó la dirigente.
Además, la falta de suministro eléctrico en la zona rural dificulta la operación de bombas de extracción de agua, lo que agrava la situación. «Sin electricidad para las bombas, no podemos sacar agua de los pozos. Es un problema estructural que venimos arrastrando y que hoy se vuelve insostenible», agregó.
Asistencia financiera
Vukich destacó la necesidad de asistencia financiera para los productores, asegurando que los créditos otorgados han sido insuficientes y con condiciones poco favorables. «Los productores solicitaron créditos de emergencia, pero las demoras y la burocracia han hecho que el dinero llegue tarde y en montos insuficientes», indicó.
Según ella, la crisis climática podría derivar en una crisis social y económica de gran magnitud si no se implementan medidas urgentes. «Es necesario un plan integral de emergencia que contemple asistencia directa a los productores, mejoras en la infraestructura de riego y garantía de suministro eléctrico en zonas rurales. Si no se toman medidas urgentes, la situación será irreversible», explicó.
Sector productivo en jaque
Además de la sequía, los productores enfrentan el impacto del aumento de los costos de insumos y combustibles. «El incremento del combustible repercute directamente en nuestra ecuación de costos. Aunque algunos aumentos parezcan menores, en la sumatoria terminan siendo un golpe letal para la rentabilidad del sector», afirmó.
La dirigente también se refirió a la presión fiscal sobre los productores y a la falta de incentivos para el desarrollo agrícola. «El campo aporta constantemente a la economía, pero cuando necesita apoyo, las respuestas son escasas o tardías», sostuvo.
«Me dijeron que están trabajando para los productores de las zonas núcleo, pero solo escucho medidas para ellos. Los productores de estas zonas están capitalizados, mientras que nosotros nos estamos hundiendo», afirmó Vukich.
El impacto
de la sequía
Consultada sobre la actual situación climática, Vukich recordó que «hubo una sequía similar en 2012, que también fue crítica. En ese entonces, logramos como organización un aporte significativo para paliar la crisis. Pero hoy la situación es peor porque no solo falta lluvia, sino que el calor extremo está arrasando con los cultivos».
Sobre las pérdidas, advirtió que «aún no hay cifras exactas, pero estamos hablando de miles de millones de pesos. Hay zonas que podrán recuperarse, como algunas localidades del sur de la provincia, pero otras, como Charata, tienen pérdidas devastadoras».
«El cultivo del algodón está prácticamente destruido y la soja también está muy afectada. En algunas regiones, las pérdidas superan el 80%», agregó.