El gobernador del Chaco, Jorge Capitanich, en su carácter de presidente pro tempore del Consejo Regional del Norte Grande, hizo un balance al cumplirse un año del lanzamiento del bloque regional de 10 provincias.
En un extenso documento, el mandatario chaqueño destaca los logros alcanzados y reafirma lo mucho que aún queda por realizar en beneficio de las provincias del Norte.
“Buscamos como siempre la defensa de nuestros intereses estratégicos para defender la calidad de vida de nuestros pueblos”, destacó Capitanich.
A continuación el texto completo:
Hoy 11 de diciembre de 2021, culmina una etapa que se inició exactamente hace un año en Resistencia, Chaco con el objetivo de levantar la voz de las provincias del Norte Grande para reivindicar la defensa irrestricta del federalismo y las postergaciones sufridas por nuestras provincias a lo largo de nuestra historia.
Buscamos como siempre la defensa de nuestros intereses estratégicos para defender la calidad de vida de nuestros pueblos
Pagamos la tarifa energética más cara del país y sólo recibimos el 18% del subsidio del Estado nacional, mientras AMBA recibe el 40%. Pedimos un cronograma que corrija estas asimetrías, obras que garanticen energía de calidad e incentivos para aprovechar nuestros recursos naturales para promover el empleo de energías limpias y renovables.
Pagamos el combustible más caro del país y tenemos dificultades para lograr la radicación de plantas de biocombustibles que permitan lograr una mezcla para abaratar los costos y facilitar el acceso de nuestros pobladores a precios más convenientes.
Pagamos el precio de las tarifas de transporte público de pasajeros más elevados del país, recibimos menos subsidios y no logramos avanzar ni en la conversión de la flota, ni tampoco en la sustitución de combustible como así tampoco en la nivelación de las tarifas. Propusimos un proyecto de ley de emergencia del transporte público para fijar un horizonte de tiempo a los efectos de transformar el sistema para mejorar la calidad del servicio público.
Tenemos la zona de biodiversidad más importante del país y carecemos de herramientas financieras que permitan colocar un bono en el mercado internacional con el objeto de hacer valer nuestra condición de acreedores ambientales para resarcir a nuestros pobladores que por cientos de años han tolerado condiciones de vida inadmisibles cuidando y protegiendo nuestro planeta que otros destruyen.
Tenemos una ubicación estratégica en el Corredor Bioceánico Norte para unir la
Hidrovía Paraná-Paraguay con nuestros pasos fronterizos fortaleciendo los vínculos entre el Atlántico y el Pacífico para acercar mercados y potenciar nuestro desarrollo común.
Pero nos falta un plan de infraestructura de carácter integral que nos permita lograr la conectividad en fibra óptica, entre pasos fronterizos con puertos fluviales y marítimos, con rutas y autovías, con sistema ferroviario y aeropuertos pero al mismo tiempo garantizar derechos esenciales al trabajo digno, a la educación, a la salud, a la vivienda y demás derechos vitales en las sociedades modernas.
Nuestro Presidente ha manifestado muchas veces que es “el más federal de los porteños” y nosotros confiamos en sus convicciones como así también en sus buenas intenciones.
Pero necesitamos avanzar más rápido.
Logramos la reducción de las contribuciones patronales con carácter diferencial para los nuevos empleos industriales, sin embargo, hasta el momento no hemos tenido el impacto que necesitamos.
Necesitamos financiamiento más ágil para nuestras Pymes. Más financiamiento para nuestros fondos de garantía. Más federalismo a la hora de financiar emprendimientos productivos asociados a cadenas de valor.
Algunas provincias del norte acceden al gas, pero no tenemos conexiones extendidasa parques industriales, comercios e industrias que abaratarían sus costos.
No hay progreso sin industrialización con valor agregado en origen.
El desarrollo productivo del país se logrará a partir de estímulos a la oferta, aumento y diversificación de la matriz productiva, acceso a energía barata y de calidad junto a tecnologías que transformen los procesos productivos.
Nuestro Norte Grande tiene una oportunidad excepcional derivada de su riqueza minera, agrícola, ganadera, forestal, turística, cultural y ambiental.
Tenemos todo para crecer. Tenemos todo para mejorar la calidad de vida de nuestra gente.
Sólo necesitamos las herramientas y un compromiso del país con el norte. Esto
implica recursos, políticas y decisiones. Nuestro Norte ha sido la cuna de nuestra independencia. Ha sido bastión de nuestras luchas independentistas.
En nuestra tierra norteña transitaron nuestros próceres; San Martín, Belgrano, Güemes.
En nuestra tierra se derramó sangre en defensa de la patria.
La República Argentina. Los argentinos y argentinas le deben al norte una reivindicación y una reparación en honor a nuestros héroes y mártires.
No podemos mendigar por plantas de biocombustibles que aprovechen la producción de caña de azúcar, maíz y soja.
No podemos mendigar por la radicación de frigoríficos con base exportadora para procesar nuestras cadenas cárnicas e industrializar el valor agregado en origen.
No podemos mendigar por una reparación histórica que nos merecemos en obras de infraestructura y en precios diferenciales para nuestro desarrollo.
Hoy, me quiero despedir con una serie de gráficos y cuadros que permiten verificar nuestros reclamos.
De 50 plantas de biocombustibles en funcionamiento en el país, solo 12 se encuentran ubicadas en el Norte Grande, mientras más de la mitad (56%) se reparte entre Buenos Aires y Santa Fe. Aún más, si bien el Norte cuenta con 12 plantas, éstas se encuentran todas en el NOA, mientras que en el NEA no reside siquiera una planta de biocombustible (bioetanol y biodiesel).
Mientras en el AMBA el boleto medio ronda los $18,00, en la gran mayoría del país se paga al menos el doble, encareciendo notablemente el costo de vida de las familias del interior. Esto es el correlato de la disminución de subsidios nacionales para el sistema de transporte por fuera del AMBA. Así, en 2020 las compensaciones tarifarias destinadas para el interior del país rondaban el 13% del total, llevándose la Capital Federal y los municipios del AMBA el 87% restante. En 2021 la imagen mejoró en el margen, pero los fondos para las provincias del interior no superarían el 15%.
El Norte Grande Argentino no solo cuenta con las temperaturas más elevadas del país, sino que también con el menor desvío de todas las regiones, significando que las altas temperaturas se mantienen a lo largo del todo el año.
Al mismo tiempo, la falta de acceso al gas natural por red en gran parte de la región, conlleva a una dependencia mayor del consumo de energía eléctrica (más costosa). Estos cuadros muestran zonas francas en funcionamiento, sistemas de transferencias de cargas y puertos secos, con su distribución por Provincia.
De 144 depósitos fiscales habilitados en Argentina, el Norte Grande cuenta tan solo con 10, es decir, con menos del 7%. Además, cuatro de las diez provincias del norte no cuentan siquiera con un depósito fiscal habilitado (Catamarca, Chaco, Jujuy y Santiago del Estero).
Entre las obras de infraestructura que más necesita la región destaco tres políticas estratégicas para el pleno desarrollo del Norte Grande:
- La finalización de la red de capricornio que permitirá conectar con fibra óptica desde el Océano Atlántico al Pacífico, siendo el Norte Grande el conductor de toda esta energía.
- Las obras en el ferrocarril Belgrano Cargas, como en el ramal CC en Catamarca o C3 en Chaco y tantos otros tramos que recorren el Norte Grande, permitirán abaratar costos a nuestras economías regionales y conectarnos definitivamente desde Bolivia hasta la Hidrovía.
- El corredor bioceánico norte que permitirá desarrollar integralmente las economías del Norte Grande, uniendo a Brasil, Paraguay, Chile y Argentina.
Por esto nos unimos y luchamos. Tenemos que hacer valer nuestra voz para defender a nuestros empresarios, productores, trabajadores, desocupados que claman por soluciones que se demoran a veces en forma inexplicable.
Necesitamos construir un espacio de comunicación. Una voz que nos exprese con alcance federal. Necesitamos integrar a las universidades y también a nuestros legisladores e intendentes.
Si no integramos a todos y todas, nuestra voz clamará en el desierto.
Muchas gracias por el apoyo. Muchas gracias por confiar. Muchas gracias por enseñarme a defender la dulzura de la miel, la dureza del quebracho, la suavidad del algodón, la identidad de nuestra cultura, la fortaleza de nuestra biodiversidad, la diversidad de nuestra geografía y la riqueza de nuestro suelo.
La Argentina tiene un norte. El Norte Grande argentino. La tierra del litio, del carbón, del tabaco, de la soja, del maíz, del poroto, de las cataratas, de nuestros esteros, de nuestras montañas y llanuras, de nuestros ríos y lagunas.
La tierra del petróleo y del gas. Del algodón y del quebracho. De los cereales y oleaginosas. Del arte hecho poesía. De la pintura como símbolo de nuestras expresiones artísticas. De nuestros escritores y músicos. De nuestros escultores. De nuestros deportistas.
Norte es la riqueza en diversidad musical de nuestros sonidos ancestrales. En La Rioja predominan la chaya y la vidalita. En Salta se halla el epicentro de la zamba, aunque también se escucha por allí la baguala, que se canta a dúo y en contrapunto. Tucumán es tierra de la zamba, cuyo baile es considerado una danza nacional. En Santiago del Estero viven los ritmos tradicionales: la chacarera, el gato y el escondido. Y otros menos conocidos, como el remedio y la arunguita. En Jujuy, la Puna se confunde con el altiplano boliviano, y sus músicas se conectan. De allí nos traen el huayno, la cueca, el yaraví, el triste, el bailecito y el carnavalito. La baguala y la vidala en Catamarca. El chamamé en el nordeste argentino que ya es Patrimonio mundial de la humanidad y es seña de identidad en especial en Corrientes, que en guaraní significa estar en la lluvia con el alma mía, porque era música sagrada en la que se invocaba a los seres superiores para que se terminara la sequía o un eclipse de sol y se danzaba en ronda; con el gualambao en Misiones, y la charanda y la chacarera del monte en el Chaco, y el chamamé litoraleño y la zamba salteña en Formosa.
La riqueza de nuestra tierra y de nuestra gente todo lo pueden.
Este es el desafío de nuestro tiempo. Aceptemos unidos este desafío y hagamos realidad el sueño de nuestros predecesores.