Cada restitución es un acto de justicia para las comunidades y un granito de maíz en la larga lucha de los pueblos.
El Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) aprobó este lunes la restitución de los restos de 42 ancestras y ancestros a la «Comunidad Indígena Punta Querandí», del partido de Tigre, lo que se convertirá en la más grande que se concrete en el país.
Los restos son reclamados desde 2009 al área de Patrimonio de la provincia de Buenos Aires, desde donde ya comenzaron con una primera etapa de restitución durante el 2021, restituyendo los primeros ocho ancestros del pedido original de 50 ancestros a la comunidad.
El área Identificación y Restitución de Restos Humanos Indígenas y Protección de Sitios Sagrados del INAI tiene la tarea de velar por la preservación y recuperación de espacios venerados por los pueblos originarios, tales como los Chenques en Patagonia -tumbas Tehuelche-, los cementerios en todo el país, las Apachetas en el norte, así también las casas ceremoniales -Opis de los Guaraníes- y principalmente velar por la protección de sitios sagrados de alto valor simbólico como son La Cueva de las Manos en Santa Cruz, el Cerro Colorado en Córdoba, el Volcán Lanín en Neuquén y la Ciudad Sagrada de los Quilmes, entre otros cientos de centros ceremoniales de los 34 pueblos originarios que habitan en todo el territorio nacional.
Cabe recordar que en marzo de 2021 se entregaron 8 ancestras y ancestros que ya están enterrados, 7 de ellos en sus sitios sagrados, y el octavo en territorio comunitario. La devolución “contra viento y marea” de estos restos ya en pandemia, a principios de marzo del año pasado, fue también la primera y única realizada en el Área Metropolitana.
Para comprender cómo estos restos humanos terminan siendo mostrados en un museo o parte de su colección, o de qué forma una persona tomada prisionera es exhibida en estos lugares como parte de un zoológico humano, “hay que tener en cuenta el contexto de los positivismos y el racismo” de fines del siglo XIX que aportaron “la falsa premisa de inferioridad de los pueblos” en los cuales buscó justificarse “el genocidio para apropiarse de territorios y recursos”.
Esta restitución se logró en base a la coordinación entre el Consejo de Participación Indígena de la provincia de Buenos Aires, el CPAI, el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano, el Inapl y el INAI y terminó con el entierro de todos los ancestros en su territorio bajo los rituales ancestrales.
Cada restitución es un acto de justicia para las comunidades y un granito de maíz en la larga lucha de los pueblos.