Lo confirmó a LA VOZ DEL CHACO la bióloga Marina Stein quien dialogó sobre la investigación que realiza en el Conicet y el Instituto de Medicina Regional de la UNNE. También contó cómo fue hacerse científica, las horas de trabajo, lo que menos le gusta y algunas anécdotas de su familia. Es madre de dos hijos que de pequeños iban al laboratorio con ella. ¡Mirala! Dejó un mensaje para la población, pero también para las autoridades.
Por Patricia Muñoz
La doctora en Biología, Marina Stein, dialogó con LA VOZ DEL CHACO sobre cómo se hizo científica. Su amor por la naturaleza, sus inicios, una carrera que le costó trabajo, pero que no la hizo amilanar y hoy la lleva con orgullo. Ella trabaja en la UNNE, es parte del Conicet y a pesar de que su sueño era investigar sobre ballenas y orcas, vino al Chaco y ahora se especializa en saber todo sobre los mosquitos. En 2020 hubo una epidemia de dengue que pasó desapercibida por la pandemia del Covid, sin embargo, ella y los demás científicos siguieron trabajando para dar herramientas a los organismos y a la comunidad para que el vector no sea una problemática en la población.
Marina Stein, es bióloga e investigadora adjunta del Conicet en el Área de Entomología del Instituto de Medicina Regional de la UNNE, esa es su pasión, pero además tiene otro trabajo dentro de la universidad que tiene que ver con su forma de vida, convicciones, desarrollo y crecimiento como persona. Si bien, en un corta diálogo con LA VOZ se hizo foco en lo científico, Marina forma sobre la ESI (Educación Sexual Integral) y también es parte de la Asociación de Docentes e Investigadores de la Unne.
Sobre la investigación sobre mosquitos explica sobre qué especies se está trabajando y ofrece una serie de recomendaciones para los hogares, las personas y los espacios públicos. El mensaje también es para las autoridades respecto a la disposición de los residuos “debe ser adecuada”.
El video
_¿Contame cuál es tu trabajo específico en este momento?
_ Yo soy investigadora del Conicet, estoy en el Instituto de Medicina Regional también cumpliendo tareas de investigación dentro de la Universidad Nacional del Nordeste y además estoy como profesora en una cátedra dentro del Profesorado de Licenciatura de Educación Inicial, que es educación para la salud en la primera infancia. Mi trabajo de investigación no está muy relacionado con la cátedra, si bien se vincula con la salud, trabajo específicamente con mosquitos. Todos los mosquitos que puedan capturarse dentro de una trampa, tanto los vectores de importancia sanitaria como puede ser el Aedes Aegypti que el vector de dengue y de las otras enfermedades que conocemos; y dentro de la cátedra hago mi tarea docente, en particular con estudiantes de primer año.
_Yendo a la rama de científica y los mosquitos, ¿cómo empezaste o cómo supiste que querías ser científica?
_En realidad saber que quería ser científica no sé, en realidad me gustaba ser bióloga y la posibilidad que tenemos los biólogos y las biólogas de trabajar en el sistema es siendo científico, fundamentalmente. Esto es porque no tenemos, a diferencia de otras profesiones, una matrícula para poder ejercer de manera particular. Entonces somos parte del sistema científico nacional del Conicet, o somos parte de las universidades nacionales, o somos contratados por alguna empresa o por algún otro estamento del Estado que puede ser el Ministerio de Salud para desarrollar nuestras investigaciones.
Me interesó la naturaleza y quise ser bióloga porque a mi madre le gustaba mucho la naturaleza, en realidad a mis padres, y siempre mirábamos programas que se vinculaban con la investigación científica del universo, de los mares y eso me atraía mucho conocer, investigar, saber, todavía me sigue gustando y me dediqué entonces a eso, me recibí de bióloga y me dediqué a la investigación dentro de la Universidad.
No tenemos, a diferencia de otras profesiones, una matrícula para poder ejercer de manera particular. Entonces somos parte del sistema científico nacional del Conicet, o somos parte de las universidades nacionales, o somos contratados por alguna empresa o por algún otro estamento del Estado
Marina Stein
_¿Fue accesible?
_Me costó, así cómo le cuesta muchos estudiantes porque a la vez que estudiaba tenía que trabajar. Yo en realidad me recibí en la Universidad de Buenos Aires y ahí tenía tres o cuatro trabajos pequeños, pero a la vez tenía que estudiar. Es una carrera que sigue siendo muy demandante en cuanto a la carga horaria, por lo tanto me costó, pero bueno mi mayor satisfacción fue recibirme de bióloga, al principio quería dedicarme a investigar o trabajar con en el mar, con mamíferos marinos, las ballenas, las orcas, y después cuando vine a vivir acá a Resistencia empecé a trabajar con parásitos y después me dediqué a los mosquitos.
Me costó, pero bueno mi mayor satisfacción fue recibirme de bióloga, al principio quería dedicarme a investigar o trabajar con en el mar, con mamíferos marinos, las ballenas, las orcas, y después cuando vine a vivir acá a Resistencia empecé a trabajar con parásitos y después me dediqué a los mosquitos.
Marina Stein
_Cambiaste a algo tan chiquitito (risas)
_ Sí y no, algunos son chiquitos y otros como habrán visto después de grandes lluvias no son tan chiquitos, pero sí el máximo tamaño que alcanzan son 5 milímetros, así que sí son insectos pequeños, pero sabemos que son insectos que tienen algunas de sus especies -hay más de 3500 especies conocidas en el mundo- vectores de importantes enfermedades transmitidas al hombre y a los animales, una de ellas es el conocido dengue y la fiebre amarilla; para algunas tenemos vacunas como la fiebre amarilla, para otras no tenemos vacunas, es el caso de dengue, zika chikungunya. Me gusta mucho ese trabajo de investigación, yo trabajo en particular con taxonomía de mosquitos, pero dentro del área donde yo trabajo, que es el laboratorio de entomología hay otros investigadores que se dedican a la ecología de los mosquitos, a trabajar con los virus transmitidos por mosquitos. Lo que yo hago más que nada es la taxonomía, que se dedica a describir especies que no están conocidas o describir algunos estadios de esas especies que son desconocidas para la ciencia mundial. Hemos tenido muchos avances en la actualidad hace más de 25 años en el área de entomología y seguimos trabajando en grupo. Es un grupo heterogéneo que tiene becarios doctorales y postdoctorales de Conicet, hay otros investigadores que también trabajan en el área. Lo que más me costó en realidad no fue mi carrera de licenciatura en Ciencias Biológicas, sino que me gustó mucho más la carrera de doctorado y eso lo hice con dos hijos. Es decir, teniendo dos niños. Con uno empecé mi carrera de doctorado -proyecto de investigación que uno desarrolla a lo largo de cuatro años y mientras tanto también tiene que ir haciendo cursos de postgrado, para sumar puntos este doctorado– Todo lo hice con dos niños pequeños, el mayor tenía 5 años y la más chiquita tenía dos años, y el trabajo de campo, yo no solo hice de laboratorio solamente, sino que hice mucho trabajo en campo para ir a colectar las muestras, y eso me demandó mucho trabajo por afuera de mi casa y además muchas horas de laboratorio incluso los fines de semana. Yo venía con mis hijos los fines de semana acá al laboratorio del Instituto de Medicina Regional para cuidar las muestras, controlar las muestras que traía del campo y ellos me acompañaban. Ahora ellos lo recuerdan. Mi hija tiene esa imagen, ese recuerdo muy vívido de una tormenta que yéndonos de acá del laboratorio nos agarró una acá, ese es su recuerdo más más lejano a los dos años, para ella fue impactante y para mí también. Fue costoso porque pasaba mucho tiempo con ellos y los tenía que traer porque no tenía con quien dejarlos.
_¿Cuántas horas del día demanda tu trabajo?
_ Yo en particular soy full time, esto quiere decir que debo cumplir 40 horas semanales, es decir 8 horas diarias, pero además tengo 10 horas más que son la cátedra en la Facultad de Humanidades, por lo tanto, cumplo 50 horas semanales. Después están los que trabajan part time o semi exclusiva, o los simple. Los semi exclusiva son 25 horas semanales y los simples 10 horas, pero no me quejo, me gusta mi trabajo, las 40 horas semanales tienen sus etapas no tan agradables, es decir, no me gusta pasar mucho tiempo delante de la computadora, me gusta más alternar computadora con microscopio, e ir al campo. Nosotros tenemos trabajos de investigación en Misiones, en la ciudad de Eldorado, nos metemos a veces en el monte, en la selva, incluso en Pampa del indio acá en la provincia del Chaco, en el parque provincial don de trabajamos muchos años. Ese contacto con la naturaleza es lo que más me gusta.
_¿En qué etapa ahora están en específico tal la investigación, porque con lo del Covid mucha gente dejó de darle importancia al dengue?
_Dentro del laboratorio hay dos investigadores que se dedican a trabajar con los vectores de dengue, una investigadora que trabaja en Misiones, que ya realizó todos sus tareas de campo, y que trabaja en realidad no solamente con el vector de dengue, sino que trabaja con otra especie que tiene características biológicas muy similares y que es el principal vector de dengue, pero en Asia y que está ahora en Argentina y en América desde el año 1998. Ese vector está en Misiones en particular en cuatro o cinco localidades. Después tenemos otro un doctorando que está realizando su tesis doctoral con trabajo de investigación de Aedes Aegypti en Resistencia. Nuestras investigaciones a lo que apuntan es a conocer más y profundizar más sobre la biología de estas especies con la finalidad de poder aportar herramientas para los organismos estatales públicos de salud que favorezcan el desarrollo de herramientas que los puedan controlar. Es decir, no vamos a erradicarlos, eso es muy difícil y además no estamos de acuerdo con la erradicación de una especie que cumple, de alguna manera, una función en la naturaleza porque es un ser vivo. Aunque a nosotros nos parezca molesto y pueda transmitirnos alguna enfermedad, tiene su rol en la naturaleza dentro de una trama trófica o dentro de un ecosistema, pero si podemos reducir sus poblaciones, es decir, reducir a tal punto de que cuando ingresa el virus dengue en nuestra localidad o en nuestra región, no logre, por la baja densidad de esa especie, transmitirlo con eficacia, entonces no tengamos estas grandes epidemias como la que tuvimos en 2020 que pasó desapercibida por el Covid, por la pandemia. A eso apuntan nuestras investigaciones a conocer más y profundizar más sobre la biología de estos vectores para poder aportar herramientas que permitan controlar.
No vamos a erradicarlos, eso es muy difícil y además no estamos de acuerdo con la erradicación de una especie que cumple, de alguna manera, una función en la naturaleza porque es un ser vivo. Aunque a nosotros nos parezca molesto y pueda transmitirnos alguna enfermedad, tiene su rol en la naturaleza dentro de una trama trófica o dentro de un ecosistema.
Marina Stein
Lo novedoso es que tenemos las investigaciones que apuntan a conocer sobre las temperaturas óptimas a las cuales se desarrollan, si permanecen todavía activos durante el invierno, porque en nuestra zona en particular, vamos a decir en Argentina en general, tenemos la presencia de este mosquito adulto que se da principalmente en la época de mayores temperaturas y precipitaciones, es decir, en la época cálida -desde la primavera hasta el otoño-. En invierno la población adulta no está presente, porque las bajas temperaturas afectan la sobrevida del adulto, pero los huevos sí están presentes en los recipientes artificiales. Nuestra tarea es conocer hasta qué temperatura se ve afectada esa población adulta y si puede, ocasionalmente desde ser un momento digamos de presencia de época cálida a ausente en invierno, a estar todo el año, que eso sería bastante o más complicado desde el punto de vista epidemiológico para nuestra población y para la salud humana.
_¿Qué recomendación le das al ciudadano común sobre los cuidados?, ¿debe erradicar a todos?
_ No, (risas). Hay medidas de protección individual, que son las conocidas como la del uso de los repelentes, que pueden ser repelentes ambientales que uno coloca en la casa como el espiral o los repelentes más naturales como la citronela, que no son tan efectivos, y después las medidas de protección individual como el uso del repelente corporal.
La recomendación en particular con el mosquito que más nos interesa, el que es el transmisor de dengue y de otros arbovirosis, son las que están relacionadas con la manipulación de los potenciales o posibles recipientes que estén en el domicilio y que puedan ser criaderos de mosquitos. No tengo que dejar nada que pueda llegar a colectar agua, por más tiempo de una semana que esté ahí abandonado ese ese pote, ese recipiente artificial, y donde la hembra del mosquito, que hay mucho en la ciudad de Resistencia, pueda ingresar a ese recipiente y colocar y depositar los huevos. Entonces, la recomendación es el cuidado de la limpieza o la manipulación, no me gusta decir limpieza porque a veces el orden de cada uno es distinto, y eso lo vamos a respetar, pero sí la de manipular esos recipientes, modificarlos, cambiarlos, darlos vuelta, taparlos, limpiarlos si hasta incluso deshacernos de recipiente que consideramos inútil.
La recomendación -para la gente y las autoridades- es el uso de repelentes, el manejo de recipientes que pueden ser criaderos de mosquitos, como también la disposición final de esa «chatarra» para no llevar el criadero de un lugar hacia otro donde no lo había.
Marina Stein
Sin embrago, también el mensaje no va solamente hacia la población en general, el mensaje va hacia las autoridades, que deben controlar los espacios públicos, donde puede también haber potenciales criaderos. Puedo mencionar el cementerio donde hay muchos floreros, donde para la gente es uno de los recipientes usados y preferidos por esta especie; las gomerías, los desarmaderos, donde puede haber chatarra. Allí hay mucha cantidad de recipientes que son potenciales criaderos y además son preferidos por esta especie, que son las cubiertas, la chatarra, los floreros y recipientes plásticos que puedan estar arrojados. El mensaje es que la disposición de los residuos debe ser adecuada, no podemos sacar la cubierta que está abandonada de un lugar y llevarla a otro y no actuar sobre ese desperdicio, sino que hay que taparlo o reciclarlo, porque estaríamos llevando el criadero de un lugar hacia otro lugar, y no estaríamos resolviendo el problema.