La Cámara de Diputados aprobó por amplia mayoría y giró al Senado el proyecto de ley de VIH, Hepatitis Virales, Tuberculosis e Infecciones de Transmisión Sexual que propone un abordaje integral desde la salud colectiva y busca brindar contención e información para derribar prejuicios y situaciones de discriminación.
El doctor Juan Carlos Quintana, referente del Programa de Transmisión Sexual VIH y Hepatitis Virales del hospital Perrando, en declaraciones a Radio Nacional Resistencia, explicó la importancia de la normativa y su diferencia con la legislación aún vigente.
«Si miramos la ley vieja del año 90-91 es una ley centrada específicamente desde el punto médico, estábamos mirando en ese momento la atención de la enfermedad como patología que, por otro lado, sirvió para amplificar la respuesta que tenía que dar el Estado en la atención de la epidemia», explicó. «No estoy diciendo que fue una ley mala, ni que se reemplaza porque no servía para nada, al contrario, esa ley fue un respaldo para el enorme trabajo que se hace desde los programas provinciales y desde el Ministerio de Salud de la Nación», destacó.
Si bien reconoció que la nueva legislación «tuvo muchos retrasos, por suerte ya ha sido tratada y tiene media sanción en la Cámara de Diputados, y creo que en senadores no tendría problema», estimó su próxima sanción.
«Esta ley incorpora una mirada y una visión mucho más integral, que excede a lo netamente biológico, bioquímico o médico, es decir está mirando una situación vital de las personas viviendo con VIH, que hay más de 100 mil viviendo en nuestro país, y esto viene bien para recordarles a los ocho diputados que votaron en contra de ley, y mira no solamente el acceso al sistema sanitario, sino también a una ampliación de derechos como el de la jubilación o al retiro, al cual las personas con VIH podrían llegar a acceder», precisó.
Otro aspecto que destacó el profesional fue la normativa, «extiende la prestación de calidad para las políticas públicas en relación con las hepatitis virales que también son consideradas problemas sanitarios muy importantes, además ahora se suma una nueva a las que conocemos y, por supuesto, las enfermedades de transmisión sexual. De hecho nuestro programa provincial tiene ese nombre coincidiendo con esta visión que debe tener la enfermedad en la población».
HIV en la provincia
Quintana describió que «como toda patología, tiene una complejidad cuando se transforman en crónicas, cómo lo que está pasando con el VIH, esta complejidad tiene que ver con condicionamientos sociales y económicos principalmente. Esto lo vemos en las historias de las personas con VIH», agregó.
Asimismo, resaltó que «se sigue enfermando gente, porque sigue habiendo falta del uso del preservativo, esa sería la causa global de la transmisión de la enfermedad».
Al analizar la situación en la provincia, el profesional sostuvo que «en el Chaco tenemos un problema con la mortalidad, es decir, tendríamos que estar mucho mejor en relación a los números nacionales, porque hay una situación de diagnóstico tardío, es decir se llega tarde en el momento del diagnóstico y eso ya significa que la persona está gravemente enferma», dimensionó. Además, en los últimos años, se sumó el tema de la pandemia, las restricciones sanitarias, el cierre de los servicios, que hicieron que, por ejemplo, este año tengamos entre comillas un aluvión de nuevos diagnósticos, porque en los últimos dos años no se hicieron», indicó.
«Y por otro lado un montón de personas que llegan con un estado muy avanzado, eso agrava la atención de la patología y complejiza enormemente el trabajo que realizamos desde el programa y todos los servicios con los cuales estamos vinculados en la provincia. Si bien el programa puede sostener la provisión de medicamentos hay un contexto social y económico que no ayuda», ejemplificó.
Al mismo tiempo reconoció que «el HIV en el Chaco lamentablemente está en aumento, teníamos una constante de 90 nuevos diagnósticos por año, actualmente estamos superando 130, este año particularmente a esta altura del año llevamos una buena cantidad de nuevos diagnósticos, en relación a 2020 que tuvimos 40 diagnósticos nuevos. Eso no significó que podíamos cantar victoria, porque la gente no era que no se estaba infectando, sino que no se estaba testeando, eso fue lo que pasó», precisó. «Se sigue incrementando, hay una fuerte tendencia en las poblaciones más jóvenes, desde el cotidiano y de la práctica veo personas mucho más jóvenes de lo que estaba viendo en los últimos ocho años e incesante, todos los meses se van incrementando los diagnósticos y eso indica que la infección no está controlada», advirtió.
Atención
integral
Quintana además explicó que «hay dos líneas de investigación en relación a la vacuna que están con algunas expectativas interesantes en su definición, por otro lado la pandemia nos mostró un montón de cosas que tenemos que aprender y una de esas es dónde deben estar los recursos cuando hablamos de sostener políticas de salud. Efectivamente la investigación es uno de los pilares de desarrollo, hemos visto cómo en la Argentina han brindado vacunas suero, con el sostenimiento de recursos. Eso es fundamental y tiene que ver con la mirada integral que tiene esta ley, que está mirando no solamente el derecho de las personas con VIH y está marcando el camino de las políticas públicas que se deben sostener», consideró.
Al mencionar otros aspectos comprendidos en la nueva ley, indicó a la jubilación, «incluye VIH, ETS, hepatitis virales y tuberculosis, no es fortuito, la tuberculosis tiene una larga historia relacionada con las condiciones sociales y económicas, y el Chaco obviamente sigue manteniendo sus niveles históricos de tuberculosis, y con un contexto muy duro», recordó. «El tema es una manera de abordar, porque te hace pensar en algo muy simple desde la práctica, por ejemplo, cómo tenemos en hepatitis C un medicamento curativo, lo tomás tres meses y te curás, cuesta mucho dinero, el estado nacional lo provee a las personas que no tienen obra social, ahora ese medicamento no puede actuar bien si esa persona está bien nutrida, tiene buenas proteínas y un contexto de vida aceptable para poder hacer el tratamiento, hay un montón de condicionamiento que no es solamente el medicamento, la pastilla», describió y finalizó: «En la tuberculosis tenemos más claras las cuestiones que tienen que ver con estas falencias».
Observatorio sobre el estigma y la discriminación
La norma también crea el Observatorio Nacional sobre el Estigma y la Discriminación. En este sentido, Quintana afirmó: «Otras de las situaciones que las personas con VIH conocen perfectamente tienen que ver con discriminación, que tiene muchos niveles, se mencionan, por ejemplo, los testeos preocupacionales y esa es una forma neta de discriminar a las personas porque tener VIH no significa nada para la capacidad de un trabajo. Pero también ha sufrido en los establecimientos públicos, hospitalarios, es una constante», aportó.
«Siempre suelo recordar que Inadi hizo un trabajo de discriminación en todo sentido, y el mayor porcentaje de la discriminación, y no solamente con VIH, se daba en hospitales públicos, evidentemente tener un observatorio que pueda incidir y trabajar con los organismos me parece absolutamente importante», entendió.
«Un ejemplo de que es posible trabajar y cambiar a veces habitos institucionales, a nosotros no pasó con la atención del transgénero en el Perrando, en el cual a través del consultorio integral se hicieron talleres con el Inadi, en conjunto con los servicios y disminuyó notablemente, entonces se puede hacer», aseveró. «Y el observatorio puede ayudar a eso, si estamos viendo que en el hospital Perrando está pasando tal o cual cosa y hay que trabajarlo».
En relación al pedido de los preocupacionales, recordó que «a ley del 90 o 91 establecía la cuestión de la confidencialidad como una cuestión sumamente importante en el diagnóstico del VIH. No se debía pedir, quizás no está explícitamente en la ley, pero la gente que haya pedido este examen para preocupacionales están incumpliendo el derecho a la confidencialidad de las personas y es muy grave, y siguió pasando porque las personas no denuncian esas cosas, porque no hay una oferta laboral, y hay temor a perder la oportunidad, entonces se someten a esa cuestión», reconoció. «Pero toda vez que se pide un test preocupacional se está incumpliendo gravemente el derecho a la confidencialidad de las personas, ahora la ley lo dice explícitamente», resaltó y agregó: «De hecho la ley aporta, le da un marco general, pero también depende del ejercicio y la garantía que den el ministerio de salud que son los actores que no tienen nada que ver con el colectivo y el congreso en general».