La Policía del Chaco confirmó que son tres los efectivos detenidos por sospecha de trabajar con narcos. Uno de los arrestados es un sargento y el resto serían cabos, todos de la seccional Duodécima.
Como es de esperar, fueron separados de sus cargos, no cobrarán sus sueldos, tendrán que ser juzgados por la Justicia Federal y, en caso que se compruebe la connivencia con dealers, serán expulsados de la fuerza.
ZONA CALIENTE
Se señala que la seccional Duodécima se encuentra en una zona de alta presencia de narcos. La venta al menudeo es constante, tanto en los barrios Santa Catalina, villa Gonzalito y en el parque 2 de Febrero y los procedimientos se hacen de vez en cuando.
Efectivos de Gendarmería Nacional llevaron adelante varias diligencias judiciales ordenadas por la Justicia Federal, y detuvieron a dos oficiales y un sargento de la Policía del Chaco en el marco de una causa que lleva adelante la Fiscalía Federal.
En este contexto, una comitiva de Gendarmería Nacional, a cargo del jefe del Escuadrón 51, comandante principal Soto Mari, se hicieron presentes en la seccional ubicada en el barrio Santa Catalina con un oficio judicial proveniente del Juzgado Federal 1 a los fines de requerir la presencia de los investigados, teniendo en cuenta que los mismos desempeñaban sus funciones en esta unidad.
A raíz de esta situación, ya tomó intervención el Organismo de Control Institucional (OCI), dependiente del Ministerio de Seguridad y Justicia de la provincia, quienes se harán cargo de las actuaciones administrativas con carácter de sumario, tomando como primera medida la separación de funciones de los tres empleados y posterior investigación interna.
El Ministerio de Seguridad y Justicia de la provincia trabaja junto al OCI y autoridades de la Policía del Chaco para esclarecer hechos que involucran a personal policial, ya que las faltas disciplinarias y comisión de delitos no son tolerables y deben ser juzgados en instancias judiciales tal como lo establecen las normativas vigentes.
EL FUTURO DE LOS JEFES
Con este panorama, la investigación no terminaría allí, ya que se tratará de saber si estos tres policías eran los únicos o si existen otros más.
Además, los principales jefes de la comisaría tendrán que responder ante la Justicia y ante la cúpula policial por qué no estaban enterados en qué andaban sus subordinados.
Como suele pasar en este tipo de situaciones, no sería sorpresivo que antes de fin de año sean removidos todos los responsables, lo más seguro trasladados a alguna unidad del interior, hasta que se calmen las aguas.