En conferencia de prensa encabezada por el presidente del Instituto de Cultura de la provincia, Francisco Romero; junto al presidente de la Cámara Argentina del Libro, Martín Gremmelspacher; Ecequiel Leder Kremer, de Librería Hernández, como representante de libreros; Aurelio Narvaja, de Ediciones Colihue, como representante de editores; y Rubén Bisceglia, de la anfitriona Librería de la Paz. El evento, que se realizará en el Centro de Convenciones Gala, se plantea como una reivindicación al federalismo y descentralización de la cultura. Está organizado por la Cámara Argentina del Libro y Librería de la Paz como librería anfitriona, y fue declarado de interés provincial por el gobernador Jorge Capitanich según decreto 1480/22.
El presidente del Instituto de Cultura señaló que «para nosotros es un honor que hayan elegido al Chaco y a Resistencia como foco de un evento trascendental. Con Capitanich dialogamos sobre el evento y puntualmente de lo que se trata es de, en este momento civilizatorio particular, en este momento de crisis económica, definir que la cultura es un derecho, que la cultura es una inversión y que es una inversión estratégica». «Hablar de la industria nacional es hablar de soberanía cultural. En este evento están expresadas las distintas formas organizativas de quienes producen la industria del libro nacional y que cuidan en sus catálogos que lo que se publica tenga que ver con nuestra historia, nuestra filosofía, nuestra literatura, para saber quiénes somos, de dónde venimos y tener una hoja de ruta. Comprender los desafíos de la industria en tiempos del libro digital, junto a generaciones que leen en otros formatos».
«Para el Instituto de Cultura es, no solo un compromiso acompañar, sino también estar presente en cada jornada, ya que entendemos que es un espacio de encuentro, de debate y de puesta en exposición de lo que se está produciendo en clave federal. Y es fundamental, en estos tiempos de globalización, que la industria del libro argentino salga fortalecida con políticas públicas», concluyó Romero.
Bisceglia, por su parte, señaló que «es un orgullo que Librería de la Paz haya sido elegida librería anfitriona de este evento, clave en el desarrollo de nuestra industria cultural que tiene en este momento un gran futuro», y afirmó que «el éxito de este congreso es tender a una clara profesionalización y desarrollo de esta industria, que realiza un enorme trabajo para captar nuevos lectores, nuevas mentes ligadas al estudio, pero también a lo recreativo».
«El evento está forjado desde su concepción en las nuevas tecnologías, pero también en la democracia y en la soberanía cultural: en derecho de todos y todas al acceso a la lectura. Por eso también tendremos al Paraguay como país invitado, por una cercanía cultural y territorial. Y habrá una sala de exposición para todas las editoriales que quieran formar parte y mostrar su producción. Creemos que va a ser un gran aporte para la industria del libro en el país, pero sobre todo en nuestra provincia», concluyó.
En tanto Gremmelspacher expresó: «Me gustaría contarles la génesis de este evento. La Cámara Argentina del Libro agrupa a la gran mayoría de editoriales medianas y pequeñas de la Argentina y participando en la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires, nos planteamos esta idea con Tete Romero, con muchas similitudes en la manera de pensarlo. Tenía que ser federal, y para ello teníamos que salir de nuestro ámbito de confort que, en nuestro caso, es la ciudad de Buenos Aires».
«Por eso quiero agradecer especialmente a él y a todo el gobierno provincial por el gran recibimiento que nos brinda y el apoyo que está dando al libro. Este evento será un espacio para planear colectivamente entre libreros y editores, cómo nos gustaría que se desarrolle esta industria». Finalmente, Kremer señaló que «aspiramos a que el Congreso brinde soluciones a problemáticas que ya conocemos y a otras que conoceremos durante su desarrollo». «Entre las problemáticas estarán las plataformas digitales que concentran el mercado del libro. Este será un encuentro de pymes editoras, libreras y distribuidoras. Esta decisión tiene que ver con la soberanía cultural: porque en la Argentina se edita muy bien hace bastante tiempo, pero buena parte de la producción está en manos de multinacionales. Queremos reivindicar el rol de las pymes en la generación del conocimiento socialmente válido».
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