El crimen del empresario Víctor Euristeo sigue sin resolverse, a pesar de conocerse detenciones. El viernes fue preso otro sospechoso, el segundo, ya que el anterior fue liberado.
ALLANAMIENTOS
En primera instancia, el viernes se registraron varios domicilios en Charata.
Uno de los allanamientos permitió secuestrar un zapato negro, ya que las huellas serían compatibles con las halladas en la escena del crimen, también un cuchillo blanco tipo carnicero que podría guardar relación con el hecho, además de unos jeans cortos que a luz ultravioleta tenía manchas biológicas; y dos celulares. Allí fue arrestado su morador, de 36 años.
Luego, los uniformados llegaron a otro domicilio donde procedieron al secuestro de una motocicleta perteneciente al detenido, además de una remera de franjas amarillas y azules, la cual al ser examinada y expuesta a luz ultravioleta dio la reacción positiva a manchas biológicas.
UN LIBERADO
Lo llamativo es que hubo un primer arrestado, pero como no tendría relación con el hecho acontecido a media semana en Charata, no quedó en prisión a pesar de que lo descubrieron con drogas y otros elementos sospechosos.
Tenía armas blancas, marihuana y celulares, pero por razones desconocidas para muchos, regresó a las calles.
El jueves, la Policía había aprehendido a este mayor de edad con antecedentes, también había secuestrado cinco celulares, tres cuchillos, un machete y 31 gramos de marihuana en poder del detenido y que podrían ser de interés para la causa.
Al sujeto lo hallaron en la casa de una chica de 24 años, a quien también se le secuestró un teléfono celular y tres cuchillos.
Todo quedó en la nada, según trascendió, pero si bien no tendría relación con el homicidio del empresario, no se entiende por qué no fue preso por tenencia de estupefacientes.
EL HECHO
El martes en las primeras horas de la madrugada, Víctor Hugo Euristeo recibió varias heridas profundas con un arma blanca, que podría ser un machete, según las pericias. Todas en el rostro y una mortal en el cuello. Lo dejaron a un lado de su camioneta, donde no se llevaron el dinero que tenía, pero sí su teléfono celular.
En su vivienda se encontraron $25 millones y se lograron secuestrar registros fílmicos de las cámaras de seguridad.