El Consejo Superior de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne) aprobó la posibilidad de que las carreras de grado implementen el Bachiller Universitario, un reconocimiento académico al cumplimiento de más de la mitad del trayecto de las ofertas formativas. No será un título habilitante, pero permitirá acreditar conocimientos adquiridos, favorecer la movilidad entre carreras e incluso puede constituirse en una herramienta de valor simbólico en el campo laboral.
La decisión tomada por el Consejo Superior de la Universidad se enmarca en uno de los ejes de las políticas estratégicas para el desarrollo del sistema universitario aprobado a finales del año pasado por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN).
Dicho acuerdo del CIN abordó la necesidad de reconocer, además de las titulaciones de pregrado y grado que poseen definición de actividades profesionales, otros recorridos posibles de formación más breve y dinámicos.
Así, la certificación de Bachiller Universitario “surge como una decisión para reconocer procesos de formación a lo largo de las carreras, que certifiquen saberes disciplinares y/o competencias que no conducen a titulaciones universitarias, pero que son saberes socialmente valiosos”, indicaron desde la Unne.
Las unidades académicas podrán decidir si incorporar o no el título académico de Bachiller Universitario en las carreras de grado y en caso de hacerlo deberán elevar al Consejo Superior la modificación de los respectivos planes de estudios para su aprobación.
“Es un paso importante en el objetivo de avanzar hacia ofertas académicas más dinámicas y acordes a los tiempos actuales” destacó la Secretaria General Académica de la Unne, Patricia Demuth Mercado. respecto a la implementación del Bachiller Universitario.
Mencionó que, tras la aprobación de la propuesta por parte del Consejo Superior, se “iniciará el arduo trabajo de las unidades académicas para definir los tramos exigibles, según los planes de estudios de sus distintas carreras, para el reconocimiento del título de Bachiller Universitario”.
Podrán solicitar acceder al título, según los criterios fijados, los estudiantes de las carreras de grado que implementen esta certificación y cuyos planes de estudios se encuentren vigentes.
Para cada carrera perteneciente a su respectivo plan de estudios se deberá haber completado todas las materias correspondientes al Ciclo de Nivelación, todas las del Ciclo Básico, todos los módulos de Idiomas e Informática y algunas de las materias del Ciclo Superior (pidiendo ser cualquiera de la misma carrera, incluyendo las optativas/electivas).
El título de Bachiller Universitario podrá otorgarse luego de un trayecto formativo cuya duración no podrá ser inferior a 1.100 horas reloj, que deberán desarrollarse en 120 CRE (Crédito de Referencia del Estudiante), equivalentes a 3.000 horas de trabajo total del estudiante. Las horas de interacción pedagógica se establecerán en un rango mínimo de 1.100 y hasta el 25 por ciento de ese valor.
Vale mencionar que estos títulos no poseerán actividades profesionales en los alcances propuestos por las universidades.
Relevancia
En los fundamentos del proyecto aprobado por el Consejo Superior de la Unne se remarca que no se considera como un título habilitante para el ejercicio profesional, ni se asemeja a los títulos intermedios de grado, no obstante, representa una vía para estimular la continuidad académica, así como para reconocer tramos de la formación de quienes no pudieron finalizar una carrera universitaria.
Se considera que con la implementación del Bachiller Universitario se promoverá el reconocimiento de tramos de formación entre carreras de una misma Facultad y con otras unidades académicas.
En el caso de quienes habiendo acreditado los primeros años de formación debieron abandonar la carrera de manera reciente, podrán acceder al título siempre que correspondan a planes de estudios vigentes.
Desde la Unne destacaron que además del reconocimiento para quienes hayan logrado avanzar en un importante tramo de la carrera, el título de Bachiller es también un reconocimiento el esfuerzo y la inversión de la Universidad en propiciar el acceso y la formación de nivel superior, incluso en casos en que por diversas razones una persona no puede continuar sus estudios.