El Ministerio de Desarrollo Social, por intermedio de su Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, llevó adelante en la tarde del viernes la celebración del primer año de actividades en el Centro de Prevención de Consumo Problemático.
En la oportunidad, se subrayó la importancia de la tarea territorial de las asesorías comunitarias, desde las cuales y junto con preventoras y preventores en adicciones, se trabaja en la construcción de una red de contención, prevención, y detección para el abordaje de casos.
Para la ocasión, en el dispositivo ubicado en calle Vedia 352 de Resistencia, se llevó adelante una feria y muestra de lo producido por cada Asesoría Comunitaria barrial, a lo que se sumó lo elaborado por quienes concurren a los espacios de contención y acompañamiento grupal en el mismo centro y además participan en talleres de reciclaje.
A todo ello, sumaron sus producciones, quienes se encuentran en dispositivos Mirame y se capacitan en oficios, en el recientemente habilitado Polo Socioproductivo de la cartera.
«Esta muestra refleja que cuando existe el convencimiento individual y el compromiso comunitario y colectivo el abordaje puede tener mejores resultados, como es el caso de esta gran red social consolidada en los barrios y que actúa para la prevención de situaciones de consumo», sostuvo la ministra de Desarrollo Social, María Pía Chiacchio Cavana.
La funcionaria, además, destacó el paso previo a la tarea territorial en materia de luchar contra las adicciones, remarcando la aceptación que tuvo entre titulares del programa Potenciar Trabajo y de Renta Mínima Progresiva para sumarse a la formación como preventoras y preventores comunitarios en las distintas barriadas. «No podemos prevenir lo que no conocemos, esto no hubiese sido posible si estas 835 personas no tuvieran empatía con lo que ocurre en sus entornos más inmediatos y dedicaran su tiempo y sacrificio para tender una mano a quienes padecen consumos problemáticos», agregó.
«Es clave visibilizar las actividades de capacitación laboral, desde un Estado presente, para favorecer la inserción de estas poblaciones vulnerables al mundo del trabajo y de la dignidad, a la vez posibilitamos un espacio de intercambio de experiencias en contacto directo con otras preventoras y preventores que realizan la misma labor comunitaria», destacó la subsecretaria de Niñez, Adolescencia y Familia, Graciela Cavana.
En esta convocatoria, participaron integrantes de unas 35 asesorías del área metropolitana, quienes a diario buscan dar respuestas a las personas que necesitan asistencia o acompañamiento por los problemas ocasionados por el consumo de sustancias licitas e ilícitas, como para prevenir este flagelo desde la infancia y adolescencia.
ASESORÍAS Y PREVENCIÓN
Son espacios conformados muchas veces en el seno de organizaciones del tercer sector, ubicadas estratégicamente en barriadas populosas. La preventora o el preventor comunitario en adicciones, además de prevenir, es un habitante de la comunidad en la que se haya inserto, con conocimiento de la realidad desde un lugar tan cercano y familiar que facilita la detección de casos para establecer un puente entre las personas que necesitan ayuda, sus entornos afectivos y las estrategias inmediatas de atención y contención disponibles; ocupando de esta manera un lugar estratégico en la red de respuesta a las personas que buscan o necesitan asistencia ante los problemas ocasionados por el consumo de sustancias licitas e ilícitas.
En el Centro de Prevención de Consumo Problemático, la Subsecretaría con su Dirección de Abordaje Psicosocial y equipos interdisciplinarios, más la articulación con otras áreas gubernamentales de injerencia, están abocados a brindar atención y contención integral a quienes se acercan por tener problemas de consumos como a sus entornos afectivos, que los acompañan o conviven con este tipo de situaciones y que buscan una salida.