El chaqueño Franco Stupaczuk se consagró ayer, integrando el seleccionado nacional, campeón mundial de pádel. Fue en el marco del 16° Mundial disputado en Dubái (Emiratos Árabes).
La Argentina vuelve a reinar en el pádel y consolida una hegemonía histórica. En una electrizante final, la pareja integrada por Fernando Belasteguín y Sanyo Gutiérrez logró el punto decisivo por 6-4, 5-7 y 6-3 ante Álex Ruiz y Momo González (España), puso la serie 2-1 y obtuvo el certamen ecuménico disputado en Dubái.
Fue el undécimo título mundial para nuestro país, que amplió la ventaja sobre su vencido, con cuatro coronaciones. La definición fue tan emotiva como podía desprenderse en un choque entre los dos primeros del ranking mundial. España se puso 1-0 arriba con la victoria de Paquito Navarro y Juan Lebrón sobre Agustín Tapia y Fede Chingotto por 3-6, 7-5 y 6-3, tras más de tres horas de juego.
La Argentina quedaba obligada a una remontada para dar vuelta la historia. El suspenso se prolongó con el éxito de los «súper pibes», Franco Stupaczuk y Martín Di Nenno, quienes vencieron con autoridad a Alejandro Galán y Arturo Coello por 6-3 y 6-2.
Todo quedaba en manos de una leyenda, el pehuajense Belasteguín (43), que hace exactamente dos décadas conquistaba el primero de los siete títulos mundiales que atesora. Lo hizo acompañado de Gutiérrez, un puntano (38) de vasta experiencia. Con sentido estratégico y temple para asimilar la derrota en el segundo parcial, la Argentina se recuperó en el último capítulo con un 6-3. «Una final memorable», la definió el diario Marca.
La selección se tomó revancha de la derrota de hace un año frente a España en Doha. Satisfacción y desahogo transmitían las palabras de Belasteguín, que fue 1 del mundo durante 16 años: «Sinceramente, en el final del partido estaba cagado. Creo que hoy Sanyo estuvo muy bien. Después de lo del año pasado, nadie hubiese imaginado todo esto que pasó. Estoy muy contento por el pádel de nuestro país. Es un equipo de todo el país. Ojalá muchas empresas acompañen a nuestra asociación porque hay un montón de chicos que vienen detrás de nosotros».
En agosto pasado, durante un torneo en Mendoza en el que fue la gran atracción para 1.200 chicos de escuelitas de pádel, Belasteguín le expresaba a La Nación: «Ahora voy padeciendo más el tiempo que el deporte me saca con mi familia». Pero también reconocía que los años lo fueron volviendo más paciente en momentos fuera de la cancha: «Me detengo más en ese tiempo que me lleva enseñar a mis hijos los valores de la vida… es un trabajo diario, como una gota que dejás caer cada día y recién con los años los va marcando», comentó.
Su pasión por el pádel le impide ponerse límites temporales: «No sé si éste es mi último Mundial. Me queda muy poco, pero estoy tranquilo porque viene una gran camada detrás de mí. Le voy a pedir permiso a mi mujer. Porque hoy, Cris, en Dubái, no duermo».
Sanyo Gutiérrez sintió una mezcla de emoción por lo obtenido y de admiración por su compañero: «Tenemos un equipazo. Le quiero agradecer al cuerpo técnico, a nuestros compañeros. En especial a Bela, que jugó este punto conmigo. Esto es para toda la Argentina, para mi familia y las familias de todos los que integran esta selección».
Fuente: La Nación
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